244 Recuperar el amor I

Estamos en Ikea y vemos parejas jóvenes, quizá recién casadas, o esperando su primer bebé, que cruzan miradas llenas de ternura y corren ilusionados buscando los muebles para, quizá, decorar su primera casa.

Jon: Creo que hay que recuperar el concepto del amor, de enamoramiento y que volvamos a creer que es posible tener una relación para toda la vida.

Joaquina: Hace muchos años que descubrí el talismán del amor eterno: vivir continuamente yo en ese amor, y desde ese amor me es fácil enamorarme de cualquiera, enamorarme de la vida y de estar continuamente feliz. Un día llegó a mi despacho una persona para hacer coaching a la que admiro profundamente y venía destruida porque su jefe no la entendía y quiso convencerme de que su jefe era la peor persona del mundo, le dije: “no emplees ni un minuto en convencerme como es tu jefe. Emplea un minuto en convencerme como eres tú y háblame de ti, de tu grandeza, de lo que puedes hacer, de dónde puedes llegar y emplea todos los días de tu vida cada vez que te encuentres con él en enseñarle tu grandeza” Tuvimos muy pocas sesiones de coaching y aquella mujer que vino llorando se convirtió en una mujer recta, que miraba el mundo con mucho amor y se fue de vacaciones con sus dos hijas a Huelva y apareció un Sr. Que cuando la vio dijo “esta es para mí” Un galán de estos que hay por el mundo.

Jon: ¿Fue un amor eterno?

Joaquina: Vivieron un año de un amor romántico, maravilloso, increíble, donde ella dejó de venir a verme y un día vino porque él le hizo una propuesta que a ella le llamó la atención. Le dije “esta propuesta habla de que esta persona a lo mejor tiene algo detrás. Vamos a tener cuidado. Estate donde estás, pero ten cuidado con la situación porque igual esta propuesta te puede llevar a tener sufrimiento” Se marchó y no quiso volver a verme.

Jon: Sí, ya me sé eso de “Joaquina dice la verdad es mejor no escucharla”

Joaquina: Al cabo de seis meses me la encontré destrozada en mi despacho,  no cabe decir lo que sentí en mi corazón, aquellos ojos grandes llorando, aquel alma rota… y quiso volver a hablarme del desgraciado que la dejó y le dije: “ni se te ocurra, háblame de ti si quieres” Nos pusimos a trabajar y le dije “voy a emplear contigo un sistema de trabajo que funciona a la perfección” Entró una mujer destruida y a la hora exactamente se fue una mujer totalmente completa y feliz. A partir de ahí pudimos trabajar. Ese era el momento de construcción y en estos momentos es una mujer no diría que feliz, pues cuando el amor ha sido durante un año muy intenso y de pronto desaparece uno no lo entiende.

Jon: Me he fijado que el amor se rompe para algunas personas de forma instantánea y para otras nunca. Debemos saber quienes somos, si somos esa persona que se le rompe el amor para siempre, o estamos queriendo a pesar de que sufrimos y la relación es buena.

Joaquina: Vivimos casi el 90 % del día sumergidos en emociones que son primarias y que son, por ser primarias, emociones totalmente reactivas, todo el tiempo vivimos en el miedo, en la ira, en una alegría jocosa inconsciente no hablo de la alegría profunda, vivimos en el asco, en el desprecio y a ratos en la sorpresa que puede ser positiva o negativa y este es nuestro permanente, es decir estamos continuamente en esta situación, puede ser más o menos intenso. Esto es lo que nos hace ser frágiles al impacto visual o al auditivo o al táctil de alguien que nos quiere seducir.

Jon: Entonces, no es que caigamos porque somos subnormales, caemos porque nuestro estado está reactivo.

Joaquina: Así es, y nuestro cerebro está necesitando calmar estas emociones, es decir que si voy por la calle y tengo miedo muy probablemente una imagen de alguien que me quite ese miedo me va a seducir, independientemente de que esa persona sea válida para mi o no, y cuando caemos en cuatro emociones no reactivas negativas inmediatamente nuestro sistema se pone en posición de enamorarse independientemente de cómo sea la persona.

Jon: Según la mayoría de los estudiosos, las emociones básicas son: El miedo, la tensión, la ira, la alegría, el asco, el desprecio, la tristeza y la sorpresa.

Joaquina: Lo que sucede en el primer encuentro es que aparecen estas cuatro emociones y si aparecen estamos perdidos: La atención: “oh! Que pecho tiene”

de pronto de la atención vamos a la sorpresa y el corazón se pone en disposición, y después viene el deseo, y cuando nos acercamos aparece una alegríaque nos hace muy seductores, la sonrisa es muy especial. Ves a alguien que te atrae, te acercas y viene esa alegría tonta, ridículos como nadie, hacemos más el tonto en ese rato como nadie en la vida, que es la calma de las emociones anteriores. Este momento es donde a mi se me ha quitado durante un instante el miedo o la ira, porque hay dos emociones que son las que nos llevan a tener relaciones sorpresivas no buenas: la cantidad de miedo que tengamos y la cantidad de ira nos acercan a relaciones menos positivas que si tenemos menos miedo y menos ira, porque el miedo y la ira nos hacen estar tremendamente irreflexivos. Cuanto más miedo tenemos más posibilidades hay de entrar en la atención de algo que pensamos que nos lo va a quitar, como un hombre fornido, y decimos: “pero si nunca he querido a alguien así. Pero si yo pensaba que necesitaba el cerebro“ pero te ha dado el miedo y te has quedado loca por el musculitos que te va a quitar el miedo, no es otra cosa, pero  sientes que es el impacto.

Jon: Con el miedo no, pero sí he pensado: “ahora me va a quitar el enfado”, “ha sonreído de una manera concreta” o “esa persona me va a quitar algo de mi problema”. ¿Es la persona?

Joaquina: No, es la persona, que nos alivia el instante.

Jon: Me recuerda a la película “La guerra de los Rose” cuando se conocen en las primeras escenas y acaban en la cama.

Joaquina: Cuando la persona se trabaja así misma las emociones reactivas se convierten: El miedo en valentía, la ira en aceptación, el asco en gusto, el desprecio en aprecio. La tristeza en plenitud, y sorpresa sigue siendo sorpresa. Esto quiere decir que cuando no nos dejamos invadir por estas meras emociones, si no que nos permitimos que las emociones que cimentan la relación vayan más allá que es: Tengo miedo pero yo lo venzo, tengo ira pero tengo la capacidad de la aceptación, tengo alegría pero esta alegría me lleva a la felicidad no al desbordamiento, tengo verdaderamente la capacidad de tener el gusto por las cosas no me quejo con lo que pasa, tengo la capacidad de apreciar a los demás, tengo la capacidad de vivir cada instante en plenitud.

Jon: Parece difícil que esto pase.

Joaquina: Lo que pasa es algo que se alarga, que se disfruta, que nos lleva a otro tipo de relación, porque en realidad lo que es importante es que las relaciones que están basadas en “me quitas algo” cuando ese algo no me lo quitas te conviertes en una persona rencorosa. Y lo que empiezan a aparecer son emociones mucho más complejas porque ya no hay novedad e innovación y la buscas fuera. Hablo de relaciones que han funcionado no de las que no lo han hecho, y nos hemos ido en lugar de cuidar y ser valientes para estar diferentes, ser valientes para innovar, ser valientes para hacer cosas diferentes, lo que vamos haciendo es darle la vuelta al otro, ya no nos interesa y dejamos de interesarnos por los demás.

2 comentarios en “244 Recuperar el amor I

  1. Gracias Jon por estas conversaciones.

    Hoy por un momento volvi a estar con Joaquina y lo maravillosa que era «no emplees ni un minuto», «ni se te ocurra»

    Esque me puso una sonrisa en la cara que seguramente va a permanecer en mi un buen y largo rato

    Abrazo!

    Maria Elena

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