Joaquina: No hay nadie más dañino que aquel que ha sufrido con la inteligencia, porque lo que cree es que Dios se la quitó. De igual forma, las relaciones más duras entre hermanos suceden cuando uno es inteligente y el otro no, o cuando uno lo parece y el otro no. Desgraciadamente los padres suelen apoyar al que es menos inteligente y la destrucción está servida.
Jon: Entonces, los primeros detractores son los padres. O porque han considerado que tu cualidad no era buena y la han destruido, o porque han pensado que tenías que estar en un sitio diferente a donde estabas. Cómo te comparan con tus hermanos y qué pasa con tus hermanos.
Joaquina: Y te das cuenta de que esa estructura la estás trayendo a ti y la están consolidando. “Es que realmente yo no valgo para esto”. Es muy difícil para una mente inmadura, cuando una madre o un padre te dicen que para lo que vale es para fregar coches, no acabes fregando coches. Ocurre así porque tu mente vaga y perezosa acaba escuchando eso y acaba recreándose en ello.
Jon: Y ¿qué hacer al respecto?
Joaquina: El trabajo es: independientemente de lo que ha ocurrido en mi vida, que casi seguro no ha sido positivo, voy a ver la línea de conocimiento a la que yo puedo acceder. Voy a ver qué tipo de lecturas he hecho, qué tipo de amigos he tenido, cuál es mi estructura familiar… Hay muchas cosas que se hacen y parecen que son absurdas, y sin embargo tienen un sentido extraordinario.
Jon: ¿Por qué se hacen?
Joaquina: En ese desarrollo vas notando cuáles son las fuentes del conocimiento, de las que se ha llenado tu familia, tus padres, tus abuelos y bisabuelos, etc. No se trata de los libros, se trata de los conocimientos, se trata de cómo han resuelto sus problemas. Todo eso son tus fuentes, y de esas fuentes tienes que beber con el compromiso que has adquirido. A nadie se le ocurriría hacer una tesis doctoral, mirar en su biblioteca y seleccionar todos los libros que no tienen nada que ver con la tesis. La vida es una tesis doctoral con un propósito y tú tienes en la biblioteca millones de libros de todos tus antepasados y de toda tu fuente. Coge todos esos libros, bájalos a tu conocimiento y mira a ver qué puedes hacer con ellos. Si lo que necesitas es aprender del amor, mira todo lo que hay relacionado con el amor y que puedas aplicar a lo que estás haciendo en tu vida. Cómo sería el amor si en este momento eres director de cine, si es que has decidido que tu propósito es plantear el reto del amor en el cine.
Jon: A veces me pregunto por qué están configurados los estudios de la manera en que lo están.
Joaquina: Para que te llenes de conocimientos. La dificultad estriba en que la forma en la que nos lo enseñan es nociva, porque nos exigen y nos examinan. Debería ser algo que contado con amor y delicadeza vaya nutriendo al niño de los conocimientos que necesita para saber cuáles son sus fuentes, pero no para examinarse de nada.
Jon: Me imagino que también tiene que ver con el lugar y contexto en el que naces.
Joaquina: Si estás en España, Europa, vienes de una cultura griega, romana y judeocristiana, todo eso te está configurando, sobre todo para tu detractor. El detractor que hay en Europa no es el mismo que hay en Japón, ni de lejos. Los detractores son muy culturales. La envidia de España es muy cultural. Se trata de que tengas la grandeza de investigar y de conocer. Imagínate el siguiente ejercicio: reúnete con un grupo de amigos. Coger un libro de historia y que cada uno lea un capítulo. Leyendo teniendo en mente:”este es tu conocimiento de hoy y lo necesitas para llenarte hoy de conciencia de quién eres”. Una vez finalizadas las lecturas, las cuenta cada uno de la manera que quiera. El resultado será que los cerebros de todos serán una esponja. La forma de aprender sería: entra el maestro, el alumno le reconocería, abriría la fuente de su conocimiento y cuando se fuese el maestro lo tendría todo claro.
Jon: Deduzco que el detractor no solo hay que conocerlo sino también ver cómo actúa.
Joaquina: Es importante ya que tiene una enorme capacidad de destruir neuronas y conexiones. Cuando metes incógnitas en tu cerebro, pensando que eres torpe, que no funcionas, el mensaje que estás dando es que tu cerebro físico está por encima del universal. No eres un cuerpo, el cerebro no existe, lo que existe es la conexión. La conexión es el cerebro único de donde recoges la información. Lo registra el cerebro particular pero en realidad es tan arcaico como todo lo demás. El detractor no funciona fuera del cerebro particular. Al cerebro universal no le puede hacer nada. ¿Conectas con el cerebro universal?
Jon: Creo que no.
Joaquina Eso es porque le estás dando valor a tu cerebro físico sobre el cerebro universal. Imagínate que tienes un niño y su capacidad es la persistencia. Si le enfocas en esa cualidad donde él se ve a si mismo, le pongas las materias que le pongas empezará a descubrir mundos que no podría descubrir de otra manera. Eso es lo que sería interesante.
Jon: ¿Cómo se abre el velo para llenarte de conocimientos y quitar al detractor?
Ejercicio maestro / alumno:
Este ejercicio lo deben realizar dos personas estableciendo a priori los roles de maestro y alumno.
El alumno quiere aprender algo alineado con su Cualidad Divina. Formula una pregunta porque quiere aprender algo suyo y abre el canal para aprender.
Preguntas:
- ¿Qué eres?
- ¿Cómo consigues lo que quieres?
- ¿Para qué te sirve?
El maestro está en su luz y contesta desde ahí.
La segunda parte del ejercicio consiste en hacer un plan de acción con la respuesta que nos ha dado el maestro. Hacer experiencia de lo que nos ha dicho.
La base de este ejercicio es saber que la pregunta está en uno y la respuesta está en todas partes, solo hay que ser sensible a escuchar. A tu lado siempre hay un maestro para ti. Todo lo que ves y escuchas en el día es para darte respuestas. Ábrete a comprenderlo y tendrás la revelación. Ahora entra el concepto de sabiduría. Si has hecho el ejercicio correctamente, ¿Puedes aplicar lo que te han dicho? Eso es sabiduría. Eso es sumar. Sería bueno repetir este ejercicio en la posición opuesta. Si has sido maestro hazlo como alumno y viceversa.
Jon: Concluyo que, para la inteligencia, pregunta para ti y acepta que la respuesta viene de otro lugar. Si te encuentras bien, lo que se produce siempre es bueno, estés donde estés.
Joaquina: Cerca de mi oficina hay una persona indigente sentada en la acera pidiendo limosna desde hace un año o año y medio. Cuando empezó, yo la hablaba y le daba dinero, y le decía: “Hay que plantearse que esta no es la forma de vivir”. Ella me decía: “Sí, sí, si yo quiero trabajar” “La forma de trabajar no es estar sentada aquí y esperar que te den” era mi réplica. El caso es que realicé una acción en la que intercambiaba cursos por alimentos para luego donarlos al Banco de Alimentos de Madrid. Casi todos los días le dejaba también comida a ella y de pronto ella además me pedía dinero. Me senté con ella y le dije que era inagotable “Cuando te he dado dinero querías más, cuando te he dado comida querías, además, dinero, ¿Cuándo va a ser el momento que tú te plantees qué puedes dar?” Ahí se quedó la conversación y no la he vuelto a dar dinero ni comida. Le doy sonrisas todos los días y la hablo y me siento con ella. Y noto que está esperando el dinero. “Ya son dos años pidiendo, o te da otro o tendrás que aprender otra forma de vivir”. Ver la distancia a la que se pone una persona que la enseñas desde un lugar desde el que no quiere aprender es un poco duro. Cuando me puso un gesto le dije: “Y ahora no te puedes permitir con todo lo que has recibido irte lejos. Cuando yo salga nos daremos una sonrisa, nos hablaremos y todo seguirá igual”. Yo tengo claro que el primer día que le di dinero que iba a trabajar con ella un tiempo y que iba a estar pendiente de ella un tiempo. Está claro que yo soy un mensajero para ella porque solo tiene 16 años. No puede estar toda la vida sentada en el suelo esperando que la gente le de dinero.
Jon: ¿Por qué necesitamos los mensajeros?
Joaquina: Los mensajeros vienen porque a lo mejor no te has dado cuenta, pero le has hecho preguntas a Dios y Dios te ha dado respuestas. Y te las da a través de todos sus hijos. La experiencia de Dios siempre está en la mente, nunca en la emoción. Notas una alegría en todo tu sistema que se mantiene estable.
Jon: Es como ver la vida como un libro donde debemos ir leyendo los mensajes más o menos ocultos que nos ayudarán en el camino.
Joaquina: A tu lado siempre hay un maestro para ti. Todo lo que encuentras en el día, personas, cosas, están ahí para darte respuestas. Un cerebro sano cuando alguien se sienta a tu lado para hablar de su cualidad inmediatamente lo extrapola a lo suyo. Eso es la inteligencia. La inteligencia es que cualquier persona que nos hable de algo que conoce, es extrapolable a lo nuestro. Te abres al aprendizaje de lo que te rodea, lo sumas, lo pones en experiencia, ves lo que te funciona y esa es la sabiduría. La sabiduría es siempre incorporar conocimientos que no son tuyos y experimentarlos.
Jon: ¿Cómo se hacen las preguntas a Dios?
Joaquina: Haz una pregunta a Dios y pase lo que pase en el día será contestada. Al hablar con Dios te desprendes totalmente de ti, le haces la pregunta y esperas Su respuesta. Dios habla a través de ti. Siempre. Solo tienes que saber hacer bien la pregunta, entendiendo que Él es el maestro y no tú. Dios te llega de múltiples y variadas maneras, el tema es que no crees que Dios llega al lado del que está cerca.
Si te interesa el tema, lo encontrarás completamente desarrollado en el libro: “Trascendencia en la vida cotidiana”
