Acaba de terminar un Curso y, mientras recojo el material audiovisual escucho los comentarios de algunas personas. Una en particular va comentando lo difícil que le resulta conocerse a sí misma e intenta por todos los medios justificarse. No pierdo la ocasión y abordo a Joaquina de vuelta a casa.
Jon: Cuando una persona dice es muy duro conocerse a uno mismo. ¿De qué está hablando?
Joaquina: Esta hablando de querer avanzar, de querer crecer. Está hablando de pereza, de desidia, de todo muchísimo menos que de estar en un camino espiritual. El camino espiritual empieza por saber quién es uno, y saber que es uno me emociona muchísimo porque lo que saben las personas casi siempre es lo que no funciona de ellas. Yo nunca pienso, cuando les miro, que son algo que no funciona, siempre miro lo que son desde lo que funciona. Cuando te miro a ti veo tus valores, y no tus no valores. Éstos últimos los trabajo cuando vienes a verme a consulta. Y me voy a centrar en que todo lo tienes bien menos lo que te estoy trabajando. Ahí, en ese despacho, miro lo que no funciona para que cambies y vayas a donde funciona. Tienes un valor y no lo tienes operativo, hay que trabajar sobre él.
Jon: No sólo espiritualmente, también trabajas el cuerpo.
Joaquina. Claro, porque tienes un hígado que no está funcionando hay que trabajar sobre él. Pero cuando salimos por la puerta, ni se me ocurre ver un defecto, ni en ti ni en nadie. Siempre pienso que tienen algo extraordinario que no tocan, algo extraordinario que no ven, algo extraordinario con lo que no trabajan.
Jon: Y ese algo extraordinario que no tocamos, ¿lo hacemos por miedo al compromiso?
Joaquina: Todos tenéis miedo al compromiso, es la piedra angular para hacer, o no, el propósito de vida. Todos los ángeles del cielo que existen, todos los arcángeles del cielo que también existen, nos están diciendo continuamente: “te estamos dando algo ¿porque no lo utilizas?, te estamos dando algo maravilloso ¿porque no lo utilizas? ¿Porque no eres capaz de utilizar la grandiosidad que tú tienes dentro si te estamos mandando cada día chispitas divinas de mil maneras para que tú puedas ver quién eres en forma de amigos, en forma de compañeros?” Te están mandando chispitas para que veas que eres lo mejor que hay en este mundo ¿Qué haces que no lo cambias?
Jon: En mi caso por pereza mental.
Joaquina: La pereza mental solo tiene un sistema de arreglo. Un sistema que debes tener muy claro para poder cambiar tu paradigma. La pereza mental solo se cambia por el aprendizaje.
La primera cosa importante no se puede aprender si hay celos. Para aprender necesitas tu valor, así que, si hay celos no aprendes, y si hay envidia ni te quiero contar.
Jon: Llevó su tiempo, pero esa parte está superada. Mi lucha ahora es con la pereza, con no querer pensar.
Joaquina: La pereza es la enfermedad más grave ahora mismo en el mundo, en España la envidia. Las personas no quieren pensar, quieren que les des las cosas hechas, masticadas, que todo sea fácil para ellos. Pereza mental es no querer aprender algo. Tienes y conoces tu valor, y para tu felicidad no hay que aprenderlo, lo traes totalmente aprendido. No hay nada de tu valor que tengas que aprender. Esta es una de las mayores alegrías que puedes tener. Has bebido de la fuente de tu valor toda la cantidad de líquido que necesitas para esta experiencia. Para esta no para la experiencia de ahí.
Jon: Es decir que, si mi valor fuera la creatividad, mi creatividad es la mía y tengo todas las cualidades para mi creatividad.
Joaquina: Tu valor es incomparable, tiene todas las partículas, todo el segmento, todas las estructuras, tiene todo lo que necesitas para hacer algo extraordinario. Está completo, y lo más importante, cuando quitas los celos, quitas la envidia y quitas la pereza, todo el dinero del mundo que necesitas para hacer tu valor y para hacer tu aprendizaje el Señor te lo da. Todo el dinero del mundo, todo lo que necesites para tu experiencia te llega absolutamente y lo pierdes cuando bajas a los celos, o cuando bajas a la envidia o cuando no quieres hacer algo.
Jon: ¿Lo has vivido?
Joaquina: He empezado a ruinarme económicamente, lo que significa arruinarse económicamente en relación con mucho un poco menos en el mismo momento que entré en la pereza mental, y le dije al Señor: “esto no lo quiero hacer” y estamos en litigio. Anoche fue una noche con Él dura, dura. La conversación fue en este tono:
- Me he encontrado mejor en el curso.
- No me importa.
- Creo que voy a hacer estás cosas.
- No importa ¿Has hecho esto?
- No.
- Eso es lo único importante.
Entonces la noche fue un poco árida porque, en realidad solo vale lo que has venido hacer. Y lo que has venido hacer está en consonancia con la suma de tu valor y tu aprendizaje en estado totalmente activo y yo estoy un poco en pereza mental, pidiendo perdón todas las noches y volviendo a cometer el mismo error por las mañanas. Cuando acabe hoy a las 14, ya habré tomado medidas para cambiarlo.
Jon: Entonces el trabajo es mirar cuál es mi valor y mirar que tengo que aprender. Luego, entrar al compromiso de crecer como persona.
Joaquina: En realidad es tan sencillo como esto. Tienes un padre que has nacido como él y una madre que tienes que aprender de ella. Como en realidad no somos capaces de aceptar que hemos traído el aprendizaje metido en vena y nos cuesta mucho reconocer que esos dos sabios tienen verdaderas cualidades. Mi padre es el observador y mi madre es la entrega, entonces mi aprendizaje es la entrega y mi valor es el conocimiento del ser humano, la observación. Esas dos cosas son con las que yo me he comprometido.
Jon: En mi caso, mi padre tiene la creatividad conceptual y mi madre la entrega.
Joaquina: No pienses que esto es tan fácil, porque hay un truco: yo me entrego desde que soy pequeña, pero no a conocer al ser humano, eso ha sido por obligación y sigue siendo así. Es decir, de forma natural yo no hubiera hecho esto aplicado a mi vida. El valor tiene que estar aplicado a tu trabajo siempre. Si no está siendo aplicado a tu trabajo ese valor no está siendo operativo.
Jon: Es decir que mi creatividad conceptual tiene que estar aplicada a mi trabajo
Joaquina: Lo importante es que esa cualidad aplicada a tus conocimientos son los que te dan el éxito. Mira a cualquier sabio y mira cuál es su valor. Miras a Mandela y su consenso es lo que le llevó al éxito, miras a Gandhi y su no violencia es lo que le llevó al éxito. Cualquiera de las personas importantes del mundo su cualidad es lo que los llevo a conseguir lo que querían. La alegría ha llevado a cambiar el mundo a mucha gente. Julie Andrews, por ejemplo, su alegría y su voz dieron vida a las películas más extraordinarias de esperanza, de amor y de vida. Sonrisas y lágrimas es una película para ver sobre la capacidad de tener disciplina, de tener empatía. Esa conjunción de un maestro que tiene la capacidad de enseñarte con disciplina y con amor. Es una de las películas más extraordinaria para un maestro. Ella expresa en estado puro, su voz, su alegría, toda esa capacidad que ella tiene. Eso es lo que tenemos que darnos cuenta: cualquier valor es válido.
Jon: ¿En qué momento de la vida llega el aprendizaje?
Joaquina: Tú ya tienes la partícula del aprendizaje desde la infancia, por eso, si lo vemos desde nuestros padres es mucho más fácil. Extraes lo mejor de tu padre y de tu madre, sin contaminarlo, y a partir de ahí ya tienes donde empieza el aprendizaje. Para ello tienes que modelar al maestro, y hacerte estas tres preguntas: ¿Qué hacía? ¿Cómo lo hacía? ¿Para qué lo hacía? Haz un video mental de la persona de la que vas a aprender. Y luego buscar una película y una escena de una película donde eso esté totalmente representado.
Jon: Para la entrega se me ocurre la película de 12 hombres sin piedad, donde Henry Fonda, desde que empieza hasta que acaba no le importa lo que está pasando fuera, no importa lo que le digan, lo que le ataquen, no importa lo que pase, él va a estar haciendo lo tiene que hacer.
Joaquina: Esa película la he visto muchas veces, porque esa es mi madre, es mi padre comunicándose y es mi madre totalmente en el escenario. La película recoge la capacidad de conocer a un ser humano y la capacidad de entregarse sin ningún tipo de rencor, es la suma de los dos. Entonces, ese estar ahí, cuando miro a mi padre, que era ese hombre que enseñaba y no se cansaba de enseñar bajo ningún concepto, siempre recuerdo Mr. Higgins en My Fair Lady.
Jon: ¿Cómo puede ir uno viendo si va creciendo en los aprendizajes?
Joaquina: Las películas también sirven para eso. Sirve para ir viendo lo bueno que es lo que eres y lo que tienes que aprender, dónde tienes que llegar y cómo debes llegar. Porque para aprender necesitas que tu cuerpo muestre el aprendizaje. Si el aprendizaje no se muestra en el cuerpo no hay aprendizaje. Es decir, que tu valor se vea, se ve por cómo miras, por cómo estás. Por ejemplo, sé que cualquiera persona diría que con mi mirada penetro en un lugar diferente a otras personas cuando miran. Así que mi valor personal lo demuestra mi mirada, que es el conocimiento.
Jon: Sí, y las personas que te conocemos vemos que tu forma de estar, tu forma de plantearte el reto, el no cansancio el estar ahí para lo que te pidamos lo muestras también en tu forma de moverte.
Joaquina: Si consigues que tu valor y tu aprendizaje no pase por el cuerpo, tienes que ir a los celos o a la envidia, porque quiere decir que tu imagen está contaminada de los otros, está contaminada de tu padre, de tu madre, está contaminada de quien sea. Debes entonces liberarte del, porque la pereza mental siempre lleva a que el cuerpo muestre la situación.
Jon: ¿Por qué?
Joaquina: Porque la pereza es no pensar y en quién no piensas, en ti. Sino piensas en ti tu cuerpo no se customiza contigo, no estás tú, esta otra persona. No sabemos quién, pero hay otra persona en tu cuerpo. Los valores que son de hacer tienen que ver con las piernas. Los valores que son de sentir tienen que ver con el tronco. Y los valores que tienen que ser de pensar tienen que ver con el rostro. Debes saber incorporar el valor que estés diciendo.