100 Inteligencia creativa

Paseamos delante de la puerta del Jardín Botánico de Madrid y nos detenemos para admirar el impresionante olmo que, desde la entrada, da la bienvenida a los visitantes.

Jon: El otro día hiciste un ejercicio muy potente en un curso: “Contar con vuestras palabras quienes sois, lo que soñabais cuando erais pequeños y jóvenes, un sueño que permanece en vuestra cabeza y que de vez en cuando se viene y se va, y lo que le vais a pedir a vuestra hada madrina para que vuestro sueño se haga realidad”

Joaquina: Sí, el ejercicio de contar un cuento sobre quienes somos es muy interesante, y buscaba lo simbólico que aparece cuando lo hacemos. Los cuentos son símbolos. Por ejemplo: Caperucita, está en el mundo emocional, sin razonar a dónde se dirige, divaga por el bosque de flor en flor, sin razonamiento alguno. El mensaje de Cenicienta es: si trabajas tienes logros. Los tres cerditos simbolizan la independencia, el fabricarte tu propia vida.

Jon: Entonces son metáforas que nos hablan de cómo conectar con nuestros sueños.

Joaquina: Así es, con la condición de que en el ejercicio nos vayamos a la juventud, donde está el origen de nuestros sueños. Si no es así,  todo es una falacia intelectual. Hay que conectar con los sentimientos juveniles, sin contaminarlos con la parte intelectual. De 12 a 24 años no hay nada intelectual. Si uno realmente se va a este sitio, le queda la limpieza de las ilusiones que no se han realizado, y donde está el diamante para realizar todos nuestros sueños, que es la libertad para elegir.

Jon: Eso es un poco la inteligencia creativa, ¿no? la libertad absoluta para acceder a nuestros sueños.

 Joaquina: La necesidad de reconocimientos, la necesidad de aceptación, el miedo a que nos dejen, el miedo a la pérdida…hace que nuestra creatividad esté muerta. Entonces es cuando hay que ir a buscar la Inteligencia Creativa. El joven ha sido destruido en su capacidad creativa, en todas las cosas que decía: “yo quiero dedicarme a tener un equipo de música, yo quiero ser rockero” … No es que esta sea su dedicación. Este es el “para que” que le diferencia. Los grandes idealistas estaban a los 18 años.

 Jon: Sí, yo también quería cambiar el mundo a los 18 años.

 Joaquina: En ese yo revolucionario está la construcción de nuestra inteligencia creativa, abortada porque no nos sentimos entendidos por el entorno. La ilusión de cambiar el mundo está ahí, la ilusión de ser diferentes… de 16 a 20 años hemos soñado con transformarlo todo, con hacer cosas diferentes a las que hacían nuestros padres…

Jon: De alguna manera seguimos viviendo en un mundo de ilusión, aunque nos confirman que no es posible.

 Joaquina: Esa es la gran contradicción: la gran capacidad que tenemos para soñar y la gran capacidad que tiene la gente para matar nuestras ilusiones. Entiende que la inteligencia creativa es una suma de expectativas. Y siempre hay un sentido transcendente. ¿Para qué lo pienso? Para que el mundo sea mejor, para que la sociedad sea mejor. De 12 a 24 años están todas las ilusiones de cambio del mundo.

Jon: Cuando entramos en los trabajos nos tangibilizan con resultados económicos y se tapa todo. Nos llegan a decir que si no ganas no es posible, entonces aparece el código de rentabilidad.

 Joaquina: Cuando empezamos a pensar que no podemos hacer rentables nuestros sueños, los abandonamos. Lo malo es que en esos sueños está escondido el diamante de nuestros éxitos. Lo que somos encierra millones de partículas de quimeras, algunas realizables y otras no. Las que son realizables son las que permanecen como una llamada permanente en nuestro interior. ¿Cuál de estas 5 cosas eres dentro de tu paradigma?: Realizador: una persona que quiere hacer cosas cuantificables. Creador: creaciones de imágenes con colores. Conceptual: palabras que penetran directamente en vosotros y en los demás. Luchador: para hacer cosas, para soñar…crees que la vida es una lucha. ¿O eres un mago?

Jon: Creo que soy creativo de conceptos… ¿Cómo puedo convertir en realidad mis sueños?

Joaquina: Pues hay que combinar las 4 cosas: Buscar lo que es realizable, buscar la ilusión que hay detrás de eso, buscar el concepto que hay detrás de ello, y hacer un esfuerzo para conseguirlo. Tienes que ponerte en tus sueños. Que la realización es aprender técnicas. Que la ilusión tiene que ser compartida porque si no es una ilusión vacía. Que las palabras tienen un significado plural y conocido para todos. Y que llegar a un sitio requiere una lucha que es saber para qué sirve.

Jon: De alguna manera es querer ser visionario.

Joaquina: Para ser visionario hay que ser realizador, hay que tener ilusiones, hay que ser palabras con significado y, por encima de todo, hay que saber qué hay que luchar. Y te tienes que cuestionar permanentemente que es lo que quieres hacer. Tienes que pasar al mundo de la realidad las cosas que son irreales. Eso es ser creativo: saber que hay cosas que aprender. Poner a tu disposición los medios que hay para llegar a tu ilusión.

Jon: Es un trayecto de evolución, un camino hasta poder crear realidades.

Joaquina: Cada persona es singular, cada mundo interior es diferente. Hay algunas personas que se expresan a través de su mundo práctico, hay otras personas que se expresan a través de su mundo emocional y otras a través de su mundo intelectual. Cualquiera de estas 3 expresiones es perfecta, solo que tienen que estar en estado de equilibrio. Lo que nos desborda es donde tenemos que trabajar.

Vuelvo la cabeza hacia el olmo, con sus raíces bien arraigadas en el suelo, de las que depende su supervivencia. También tiene un tronco, donde algún enamorado ha grabado un corazón, como queriendo simbolizar la parte emocional del árbol. Por encima de todo está la copa, donde están las hojas, la que conecta, la que da fruto.

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