05 Los complejos

Jon: Me llama la atención la dicotomía que se plantea cuando mezclamos los planos espirituales con los más físicos. Por un lado espiritualmente deberíamos sentirnos todos iguales, todos uno, y en los otros planos queremos destacar, ser diferentes, ser especiales, sentirnos amados precisamente por eso, porque somos insustituibles. ¿Cómo podemos manejar eso?

Joaquina: Cuando empezamos a sentirnos especiales es cuando empezamos a medir: o todo es para nosotros o todo está mal. Para no sentirnos amados tenemos que sentir que el otro y nosotros somos diferentes. Pensamos que somos Dios, y que todo el mundo nos tendría que mirar. Simplemente no entendemos que, por ejemplo, nos deje nuestra pareja, y sin embargo nosotros sí podemos abandonar la relación.

Jon: ¿Podríamos valorar y amar a todas las personas por igual y no sentirnos frágiles?

Joaquina: El problema de las valoraciones es que competimos. Con la valoración aparece la competitividad y de su mano los complejos: de superioridad y de inferioridad. Muchos tenemos complejos físicos, queremos ser hombres y somos mujeres, queremos ser altos y somos bajos, queremos ser delgados y no lo somos, envidiamos el pelo liso pero el nuestro es rizado…

Jon: Entonces los complejos los utilizamos para no ser felices, ya que andamos siempre más arriba o más abajo que alguien y eso nos produce variables curvas de felicidad

Joaquina: Si, por ejemplo, tu tienes un bonito complejo intelectual

Jon: Joaquina, no empieces

Joaquina: Eso es algo que has decidido tú. Viste la intelectualidad en uno de tus padres, la aprendiste y, ¿qué te hace convertirlo ahora en una herramienta arrojadiza contra los demás? ¿Qué te hace pensar que leer muchos libros es mejor o peor que, por ejemplo emocionarse con un regalo? Muchas veces tu complejo intelectual se convierte en querer tener la razón, y para ello acudes a los libros.

Ser intelectual es abrirse al conocimiento. El especialismo te hace creer que los puntos que has abierto son tuyos, y no lo son. Las ideas están en el mundo, y tu decides cómo mirarlas, pero no son tuyas. El especialismo es que crees que tu decisión es mejor que la de los demás.

Jon: Y, no queriendo que suene como una excusa, ¿no utilizamos los complejos de superioridad para camuflar los de inferioridad? Uno se agarra donde se siente fuerte para que no se note demasiado dónde se siente débil ¿no?

Joaquina: Puede ser, pero, ¿por qué atacar? ¿por qué no simplemente disfrutar y ser feliz con lo que se te da bien sin esgrimirlo contra nadie? En la confrontación de complejos nadie gana, ya que todos tenemos de los dos pero en campos cruzados. Pueden ser físicos, emocionales, intelectuales, mentales y espirituales.

Jon: Todo muy complicado…

Joaquina: O no. Nos amargamos la vida con lo físico, con lo emocional, con la razón, sin embargo, todos necesitamos saber dónde está nuestro complejo ya que con el de superioridad destruimos a los demás y con el de inferioridad nos destruimos a nosotros mismos. Es un juego diabólico donde somos víctimas o victimizadores.

Jon: Víctimas y victimizadores, o víctimas o victimizadores

Joaquina: Todos somos víctimas y victimizadores, pero no todos salimos de la misma manera, hay personas que salen como víctimas aunque luego ataquen, o como victimizadores aunque se sientan atacadas.

Jon: Me hundes, tengo complejo de superioridad y además soy victimizador

Joaquina: Aunque parezca extraño, son las víctimas las que hacen más daño a la sociedad. Los que se sienten víctimas creen que les faltan cualidades, y no hay nada más alejado de Dios que sentirse carente. Por eso, víctima es el especialismo más dañino. Hay que dejar de sentirlo dentro y sobre todo hay que dejar de ejercerlo fuera. No hay nada más duro que el sentimiento de “no ser”. Mi propuesta es no mirar al mundo desde la debilidad. Ponemos cara de víctimas y salen cien victimizadores. Lo hacemos en muchos casos para creer que los demás son malos. Cuando nuestra víctima desaparece y al victimizador le damos sentido común, nuestra vida crece.

Jon: Y los que salen como víctimas, ¿cómo lo pueden cambiar?

Joaquina: La persona que es víctima pone todo su interés en el complejo de inferioridad. Detrás de ello hay una negación absoluta a darle algo pleno al mundo,. Hay algo que no da nunca. Son personas que han decidido que hay una cosa que no van a entregar, y por ello se sienten sucias, malas e inapropiadas. Es una forma de protegerse. Lo que hacen para poder mantenerse es estar permanentemente en estado de debilidad. A partir de ahí los que exhiben fuerza son malos. Hay un daño infantil que esa persona ha hecho suyo y no creen ser merecedoras de una parte divina de la naturaleza. Hay un sentimiento de ser inapropiados, de ser sucios, “prefiero no dar nada a que se me vuelva a hacer daño en ese punto”. Para salir de la debilidad hay que decir lo que no se está dispuesto a dar, y el primer paso es darse cuenta de dónde se tiene el complejo más fuerte.

Jon: Por ejemplo…

Joaquina: Por ejemplo, una persona que tenga complejo de inferioridad en las emociones, debe dejar de criticarse a ella y a los demás. Darse cuenta que la debilidad emocional es suya y dejar de pensar que hay buenos y malos. Las personas que son víctimas quieren culpara a otros todo el día.

Los que salís de victimizadores os sentís superiores y atacáis con ello, pero también tenéis una parte de víctima. Lo único que nos hace cambiar es la toma de conciencia de las cosas “yo soy víctima porque me siento así”, ya no tiene sentido echar la culpa. Si tu susceptibilidad es “pienso que molesto”, ya sabes que es tu problema, deja de atacar y criticar.

Si los victimizadores dejan de atacar se verán fuertes y sentirán a los demás fuertes. Cuando deja de atacar, verdaderamente es superior, su debilidad se va en la medida que siente que el complejo de inferioridad no va a quedar a la luz.

Jon: ¿Cómo actuar ante una víctima?

Joaquina: Cuando vemos a alguien con cara de víctima no hay que decir nada, simplemente mostrar nuestra sonrisa y nuestra alegría, porque la víctima no la ve. Si te dicen que eres torpe, revísalo, porque si algo te afecta es que eres víctima y se está moviendo tu complejo.

Para estar en pareja hay algo que tenemos que cambiar y el especialismo no nos lo permite. Hay algo que debemos hacer para poder estar juntos, porque en cada esquina hay alguien padeciendo, sufriendo, y no somos felices. Si en un rincón alguien está mal, el mundo está mal. La vida está llena de maestros y de alumnos, deberíamos reconocer en lo que somos grandes y en lo que somos alumnos.

Ni la víctima, ni el victimizador son creíbles, y eso es muy triste. El especialismo nos va convirtiendo en pequeñas migajas, el amigo que tienes cerca es el que te victimiza o al que victimizas tu. Rompamos las estructuras que hacen las religiones para pensar que hay personas que son mejores o peores. Agradecer a las personas que se sientan maravillosas y dejar de atacar. Los que se sienten víctimas no quieren perdonar. Si anulamos las víctimas no habrá dictadores.

Levanto la mano para llamar un taxi. En el devenir del paseo nos hemos alejado de la parte conocida de la ciudad y ya anochece.

6 comentarios en “05 Los complejos

  1. Es increible la complejidad del ser humano. Si nacemos perfectos y así nos sentimos..cómo es posible que nos creemos tantos complejos y seamos infelices por todo ello?
    Creo que debemos aprender a Amarnos a nosotros mismos sobre todas las cosas, ahí pienso que está la clave de la Felicidad Infinita, ya que al amarnos verdaderamente podemos sentir al otro en igualdad de condiciones.
    Gracias por compartir estos Tesoros..nos vienen muy bien para seguir aprendiendo.

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