282 Conexión con el conocimiento

Jon: ¿Cómo accedes al conocimiento de tal manera que no te desesperes y pienses que el propósito te va a costar la vida?  

Joaquina: Tienes que agradecer a todas las personas que han contribuido a llenar el vasto conocimiento que llevas dentro. Tienes que darte cuenta de lo que te está pasando cuando haces la lectura. Hay un conocimiento universal al que puedes acceder y solo necesitas bajar y recoger lo que necesitas. Acuérdate de no recoger ni más, ni menos de lo que necesitas.

Jon: Me doy cuenta de que tengo un propósito y al ir moviendo la inteligencia lo voy notando.

Joaquina: Te debes ir dando cuenta de que realmente has venido para algo. Tienes un propósito tuyo personal, que no es ni mejor ni peor que el de nadie. Es darle un sentido a tu existencia. Las gotas de agua están en el océano y son todas iguales. Cuando esas gotas llegan a la arena tienen una conversación totalmente diferente, pero vuelven y van, se acarician y vuelven, se funden y se desfunden. En muchos casos los intereses son primarios: cuando naces y te das cuenta de que admiras por ejemplo a tu padre, y quieres ser como él y tener sus cualidades. Imagínate que además tienes un hermano que precisamente muestra esas capacidades, y entonces empiezas a sentirte torpe, las cosas ya empiezan a no interesarte igual. Sin embargo, tienes inteligencia y conocimientos, pero de pronto pierdes la ilusión. Y puede llegar un momento donde podrías haber hecho algo grande pero se trunca por no haber pensado más en ti. Lo que te ha sucedido es que has cortado el hilo al no haber podido dedicarte a lo que se dedicaba un hermano. Piensa en cuántas ocasiones has cerrado el hilo conductor por no haber sido tan extraordinario como alguien. El problema nace cuando has generado la envidia y la soberbia al no verte tan sobresaliente y decides cortar el canal. Ese día aparece el contra-propósito. Puede ser que tu propósito fuera ese o que simplemente lo hacías para complacer a tu padre. En cualquier caso, hay que volver a encontrar el propósito.

Jon: ¿Por qué sucede esto?

Joaquina: Porque en realidad tú no has venido a hacer eso, sino que, ante la necesidad de amor y al sentirte despreciado, de pronto decides que eso no es lo tuyo. Pero eso ocurre porque en realidad no te tenías que dedicar a eso, sino que tú quisiste complacer a ese padre. Como entras en la soberbia o en la envidia y crees que te lo han quitado, no encuentras el camino. Sin embargo, ese momento de decisión contraria a recoger el conocimiento para tu camino te hace estar perdido durante muchos años.

Jon: ¿Eso ocurre cuando recibes un golpe de la vida?

Joaquina: Puede ser que la vida te haya dado un golpe, pero un golpe bueno, para enseñarte que no era ese tu camino. El tema es que has tardado mucho en darte cuenta de que, aunque tu padre no te quisiera ha sido una bendición porque ahí no habrías tenido el éxito. Pero ahí tenías cualidades que, aprovechadas para tu propósito, se podrían convertir en algo extraordinario.

Jon: El punto es ¿cómo deshacer el entuerto del rencor, de la sensación de que te lo han quitado?

Joaquina: Tienes que reflexionar sobre si el detractor funcionó antes de elegir los conocimientos o después. En la mayoría de la personas funcionó antes. Con ello eliges un camino que no es, y la soberbia y la envidia paran el crecimiento y no te dejan ir por otro sitio. Con el paso de los años la soberbia se va haciendo mayor. Llega un momento en el que te das cuenta lo que sabes y lo que podrías hacer, pero no estás dispuesto a rectificar todo este recorrido. Lo que cierra totalmente la puerta para que puedas acceder al conocimiento es la debilidad. Nunca con la debilidad puedes acceder al conocimiento. Nunca. La inteligencia no la pierdes, es tuya, pero una inteligencia sin conocimiento está anulada. Lo importante es que sepas que si la debilidad está puesta en acceder al conocimiento, éste se convierte en árido. Encontrarás gente cerca que te deja en evidencia y situaciones excesivamente complejas que te hacen pasarlo fatal.

Jon: ¿Entonces?

Joaquina: Tienes que tomar conciencia de cuándo perdiste la conexión con el conocimiento. Cuándo has necesitado leer cientos de libros y sin embargo no te llenas de las experiencias. Cuándo estás en conversaciones con personas y no dan el cultivo que tendrían que dar. Si te das cuenta de que tu inteligencia no está llena de conocimientos que te llenan, y a la vez al aprender de otros, se produce una conexión y desde ahí un conocimiento… es que no estás conectado a tu propósito sino a tu deseo y detractor.

El detractor aparece en el momento que te das cuenta de que no eres único, de que no eres especial, de que alguien te gana… en el momento en el que te comparas con otro.

Jon: Entre los 12 y los 18 años.

Joaquina: Sí, ahí es cuando tomas conciencia de él. Es cuando sales del mundo en el que estás protegido, hacia el proceso de aprendizaje de la vida, dándote cuenta de que hay una parte de ti que no funciona.

Jon: Además es cuando tomas decisiones importantes respecto a los estudios.

Joaquina: Cuando decides una carrera todo el inconsciente del sistema está contigo. Quizá puedas pensar, como hace mucha gente, que la carrera que has estudiado no ha sido la adecuada. Sin embargo, casi seguro que tenía un contenido que a ti te hace conectar con una inteligencia que de otra manera no podrías. Lo realmente importante es cómo lo vas a aplicar a la vida. Cuando coges tu inteligencia y tu conocimiento y necesitas ponerte en posición de aprendizaje, en posición de qué sabes y que no.

Jon: ¿Qué parte del conocimiento queda bloqueada por la debilidad?

Joaquina: Hay que analizar dos posibilidades:

Primera: Tu vida de ahora mismo: estás cumpliendo tus expectativas, todo el conocimiento está perfecto y no hay nada que analizar.

Segunda: Notas que en tu trabajo, en lo que estás haciendo en la vida, deberías dar un giro o te pasa algo o falta algo.

En definitiva, te tienes que fijar si lo que te pasa en la vida está lleno de la inteligencia Divina o del detractor: ¿Tienes envidia o soberbia?. ¿Eres dogmático? Hay que descubrir quién está trabajando en tu vida en este momento.

La mirada retrospectiva es para que te des cuenta de qué pasó, y ahora tienes que darte cuenta de dónde estás. Lo acaecido no lo puedes resolver pero si  puedes comprobar que una vez visto todo se pone en conjunción para aprender y para que lo que necesites se de.

Preguntas:

  1. ¿Qué estás haciendo en tu vida?
  2. ¿Qué te falta para lo que estás haciendo?
  3. ¿Esto te lleva al detractor, o a estar en un proceso de apertura total?

Si piensas que estás en el detractor, pregúntate:

  1. ¿Dónde estás?
  2. ¿Qué te gustaría hacer?
  3. ¿Qué necesitas aprender de ahí?
  4. ¿Para que te sirve el detractor?

Si no sabes cómo se está cerrando la puerta, no se va a abrir. Ver todo esto seguramente no es fácil. Pero te puedo asegurar que se resuelve en un instante.

Si te interesa el tema, lo encontrarás completamente desarrollado en el libro: Trascendencia en la vida cotidiana

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