Jon: ¿Cómo funciona la inteligencia? Y me refiero a desde un punto espiritual. Pienso que el gran sueño de las personas es tener la inteligencia de Dios, y éste suele ser un importante punto de separación entre todos.
Joaquina: La inteligencia que tienes, y la carga de conocimientos a los que accedes de forma natural, viene en el ADN de la familia. La inteligencia se forma en la suma de conocimientos. Al nacer traes conocimientos del pasado a los que se suman los de tu cultura.
Jon: ¿Qué podemos hacer con ello?
Joaquina: Lo primero que debes hacer es reconocer y respetar los ancestros. Los conocimientos no son de un ser humano, sino de la estirpe humana. Por eso este camino hay que recorrerlo con un hermano. Porque si te quedaras solo con tus conocimientos, no tendrías inteligencia, tendrías únicamente conocimientos. La inteligencia se carga de conocimientos, sabe los que tiene y suma los que no tiene.
Jon: Entendido.
Joaquina: En segundo lugar, debes ver la globalidad para ir luego al detalle. Ve la globalidad de lo que tienes, la globalidad de lo que tiene el otro y luego coge en detalle lo que necesitas. En tercer y último lugar, debes diferenciar entre tener conocimientos y ser inteligente. Los conocimientos son diferentes en cada individuo, mientras que la inteligencia es perfecta en todos. Si valoras la inteligencia por conocimientos, todas las personas serán diferentes. Sin embargo, si la valoras por cómo funciona, todos tenemos la misma inteligencia. Diferencia muy bien conocimientos de inteligencia. Si te sientes torpe por los conocimientos que tienes, estás cometiendo un error. Eso quiere decir que no quieres aprender. La inteligencia es perfecta para todos los seres humanos. Si tú no quieres adquirir conocimientos, sentirás que tu inteligencia tiene menos recursos para comunicarse con los demás.
Jon: ¿Quién mete el código de no tener inteligencia?
Joaquina: La soberbia. Es el ego en la forma de soberbia, avaricia, envidia, quien equivoca inteligencia con conocimientos. Si miras a tu familia, ¿Dirías que has sumado a su elenco de conocimientos, o los has despreciado? Lo que deberías hacer es adquirir los conocimientos de la familia y sumar a ellos. Sin embargo, lo que suele ocurrir es que desprecias los conocimientos de tus padres.
Jon: ¿A qué te refieres con los conocimientos de la familia?
Joaquina: Me refiero a eso, a conocimientos, no a lo que cada miembro utiliza para su trabajo. ¿Cuántas veces se sentó tu padre a tu lado para que tú respetaras tus orígenes? ¿Ha preparado tu mente para sus conocimientos? ¿Te ha hecho respetar la forma que ellos tienen de concebir su vida? ¿Te lo han transmitido de tal forma que cuando hablas de ellos les respetas?
Jon: Pues más bien me han exigido unos conocimientos curriculares y no unos conocimientos vivenciales.
Joaquina: Con eso no te han dejado ver el mundo global para que fueras al detalle. Generalmente los padres, en el ánimo de que los hijos sean muy buenos en cosas, les rompen la estructura de lo global que es como empieza la inteligencia, y les obligan a ir al detalle. La inteligencia que debes aprender no está en los conocimientos, sino en cómo puedes ver el mundo global para de ahí coger lo que te valga.
Jon: Recuerdo que hace algunos años viajamos a Taramundi, en el corazón de las montañas de Asturias. Allí hay pequeñas aldeas donde todavía hoy fabrican navajas de manera artesanal. Cuando entras en el taller del paisano y te sientas a ver cómo lo hace, hay una transmisión de conocimientos desde esa inteligencia universal. El señor ha aprendido de una manera precisa la fabricación de navajas, y se lo había transmitido a su hijo. Su hijo tenía maquinaria mucho más rápida, pero lo seguía haciendo de la misma manera, y así de generación en generación. Cuando entras en su taller, notas una inteligencia natural, un algo que te conmueve profundamente porque te gustaría tenerlo. A mi me gustaría tener los conocimientos de mi padre, de cómo él ha llegado a los conocimientos. No tanto cómo los quiero tener yo, sino cómo los tuvo él. Que se hubiera sentado a contarme como él perfiló, lo que sucedió , que me lo contara como cuentos.
Joaquina: Hay tanto que aprender, tanta transmisión familiar que entender. Aprender lo que ellos han pasado, y no me refiero a lo que han tenido que sufrir, sino a lo que han aprendido. Esto último es lo inteligente. Ahora tienes que encontrarte con el vacío absoluto de conceptos que tienes sobre ti mismo, como que te llevan a pensar que tienes que ser un libro de conocimientos, y te has olvidado totalmente de tu ancestro espiritual. De tus necesidades más profundas. Tienes que entrar en cuáles son tus necesidades más profundas.
Jon: A mí me habría gustado que mi padre me explicara cómo se consigue la felicidad, en vez de cómo hacer raíces cuadradas. Estuvo muy bien, pero me parecía menos interesante.
Joaquina: Tienes que entender que el conocimiento que llevas dentro ahora tiene que coger de forma global tu existencia, y de ella quedarse con la esencia más pura de la felicidad, de lo que te merezca la pena y colocarlo en tu inteligencia. Entonces empezarás a ser inteligente. Un ser inteligente nunca habla de aquello que no le ayuda a ser él mismo. Generalmente hablas y te configuras sobre cosas que no te ayudan a ser tú mismo.
Jon: ¿Y la sabiduría?
Joaquina: De esta manera, la sabiduría llega sola. Te das cuenta lo que te hace feliz a ti. Cuando escuchas al de al lado ya sabes elegir lo que te hace feliz a ti, y ya sumas, y ya experimentas la felicidad, el amor, o lo que sea.
Jon: ¿Qué puedo hacer?
Joaquina: Ahora tienes que hacer una extracción de la inteligencia sobre tu cualidad Divina. Es decir, de todo lo que has vivido, de todo lo que has aprendido, de todo lo que eres, qué te vale para hacer crecer tu amor; qué te vale para hacer crecer tu inteligencia. De todo esto, ¿qué te vale? Te vas a quedar con ello y vas a ver cómo eres capaz de adquirir esa cualidad cada vez que estés con personas. Desde ahí podrás aprender lo que necesitas para tu propósito. El cerebro lógico, el que utilizas para los conocimientos, se convierte en una máquina para el aprendizaje tremendamente rápida. Los niños de Finlandia no aprenden rápido porque sean diferentes, sino porque hasta los 7 años no entran en el colegio, y hasta esa edad están conociendo la historia familiar: aprenden a conocer el entorno, las historias de la familia. Es como si tuvieran los cuentos de Odín y Thor metidos en vena. Y a los 7 años entran con ese cerebro totalmente esponjoso a los conocimientos que necesitan para el resto de las cosas de la vida.
Jon: Y ahora que no soy un niño ni fui un niño finlandés, ¿qué puedo hacer?
Joaquina: Lo primero es limpiar toda la información que tienes contra lo que eres. Desde mi conocimiento y mi forma de ver la vida, tú y todos somos como Jesús. Jesús nace para hacer una misión y tiene toda la gente que le conforma y le da los conocimientos para que él sea lo que tiene que ser. No hay ninguna otra cosa por el medio, no se enreda con hacer cosas que no están alineadas con él y su misión. Todos hemos venido a hacer algo, igual que Jesús, y si no lo has podido tener de pequeño, lo tendrás ahora de mayor. Cuando uno entiende sus cualidades innatas es cuando realmente aprende con una rapidez tremenda. No necesitarás ni coger un apunte, y eso sucede cuando conectas con lo que hay en ti. No has venido a hacer las cosas que son difíciles, has venido a hacer las que son fáciles. Si empiezas a cuestionarte tu carrera profesional y de repente te da por hacer otra cosa, ¿por qué, si eso está en tu alma, no puede ser desde el principio?
La inteligencia no es literatura, es algo muy superior y tu cerebro es una esponja viva concebida para saber recoger todo lo que tiene cualquier criatura que está cerca. Todo ello sin tener que hacer el esfuerzo de saber lo que sabe. La inteligencia solo tiene una cuestión: Tiene que saber comunicarse la inteligencia ancestral con la inteligencia vivencial. Y esas dos inteligencias tienen que comunicarse de una forma serena, no pensando en “no sé”, “no puedo”. Cuando te comparas es cuando no has sido capaz de dar y recibir de una forma auténtica. Ni has sido simpáticos ni, empáticos de forma auténtica. Cuando previamente trabajas los dos pasos, la inteligencia se produce de una forma natural.
Jon: Entonces ¿Hay que salir de la inteligencia y de los conocimientos de los libros para llegar a la inteligencia Divina?
Joaquina: Sí la inteligencia Divina es la que te va a llevar a que todo lo que tengas en tu mente funcione. De todos los miles de conceptos que has escuchado en tu vida, la inteligencia no ha excluido ninguno. Sin embargo, la mayoría los ha excluido el conocimiento. La inteligencia Divina tiene la capacidad de recoger todo, meterlo dentro y guardarlo para cuando lo necesita. Mientras que el conocimiento es como cajitas en las que se alojan, y como no tengas parte de ese conocimiento, parece que no lo entiendes.
Querido lector. Cuando estás leyendo este texto la inteligencia lo recoge todo, pero el conocimiento, como está luchando contra ella, no lo recoge. Sin embargo, cuando te pones “limpio” todas las cosas que has leído, la inteligencia las sabe utilizar para su propósito. El propósito es lo que has venido a hacer, no lo que has venido a trabajar. Una cosa es lo que trabajas y otra lo que has venido a hacer, que puede estar dentro del trabajo, pero son cosas diferentes. Puede que creas que la inteligencia es solo para cuando estás trabajando, pero no es así.
Joaquina: El conocimiento es del ego y la inteligencia es del Ser. En el conocimiento normalmente está la soberbia, la envidia, la avaricia, la lujuria de querer tener más conocimientos que el otro. La inteligencia tiene todos los conocimientos, pero a través de entender su propósito, utiliza solo aquellos que necesita y entonces la persona se convierte en sabia. Esa es la diferencia entre aglutinar conocimientos para esgrimir, y aglutinar conocimientos para vivir.
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