272 Escuchar las incoherencias

Jon: ¿Cuáles son, entonces, las pautas que debemos seguir con nosotros mismos y con los demás respecto a las creencias?

Joaquina: Lo primero es que tengamos claro nuestra visión y nuestro valor. A continuación, formular nuestra creencia limitadora. Pero no vamos a entrar, porque aquí es donde se discute. Lo que vamos a hacer es entender por qué hemos llegado ahí. Si estamos trabajando con otra persona, no contradecirla. Por último, ver, o que la persona cuente su contravalor.

Jon: Y todo eso sin tratar de razonar en contra de esa creencia.

Joaquina: Hay que hacer que la persona cuente cómo ha llegado a esa creencia, y no debemos razonarle, porque en el momento que intentamos tocar eso, se genera un estado de crispación.  El mundo lo destrozamos porque no aceptamos que haya opiniones diferentes. ¿Qué le vamos a decir a la persona que creía que siendo bondadosa no iba a respetar sus ideales? ¿que conocemos a millones de seres humanos que siendo bondadosos consiguen respetar sus ideales y no traicionarse? Se trata de no juzgar, no analizar, vayamos con el corazón abierto para que esa persona aprenda, no para enseñarle yo. No existe una persona, no existe una sociedad, existe un mundo, y el mundo está unido, está conformado desde los millones de creencias, valores y contravalores de todos.

Jon: ¿Dónde debemos entrar para que una persona, o nosotros mismos, cambiemos?

Joaquina: Si queremos que una persona cambie, entremos en el terreno de sus vivencias y abrámonos a aprender de ellas, porque la experiencia del otro no es la nuestra, y por eso mismo acceder a ellas nos abre un mundo nuevo. Esto es neurocoaching, que es entender desde un ángulo diferente lo que le pasa al otro.  Entenderlo desde el lugar donde está la persona, no desde el nuestro.

Jon: La verdad es que somos una contradicción con patas ¿Cómo voy a ser bondadoso y a estar pensando que alguien me está traicionando al mismo tiempo? Eso no es posible, eso no existe en la cabeza. Sin embargo, por ejemplo, mi madre me ha dicho siempre que soy como mi padre, y a partir de que se divorciaron echaba pestes de él. ¿Qué voy a hacer yo si quiero que me quiera?

Joaquina: Lógicamente, tratarás de no parecerte a tu padre. Lo ignorarás como modelo de crecimiento. Y el día en que te des cuenta de que hipotecabas todo tu poder para que ella te quisiera, de que no has sido capaz ni un solo minuto de sacar el poder de tu padre delante de ella, ese es el día en que te darás cuenta de que a quien amabas profundamente era a ella, y maldecirás el día en que no te diste cuenta de que lo que tenías que hacer era ser tú.

Jon: La conclusión es que debemos ser lo que somos y no discutir con el otro, pues el otro siempre va a tener bazas para decir que somos incoherentes y que no sabemos nada.

Joaquina: En nuestro camino de lucha hemos construido una personalidad que es nuestra y de nadie más, y esa personalidad está en nuestro corazón y no la vamos a poder sacar digan lo que digan los demás.  Las incoherencias solo se resuelven escuchándolas. Si el mundo entero escuchara las incoherencias, éstas se habrían esfumado.  Las incoherencias existen porque nos gritamos los unos a los otros, porque queremos convencer con nuestras ideas al otro. El daño que se hace en coaching y en otros sitios es que queremos que el otro piense de forma diferente a como llegó a sus conclusiones. Tengamos la capacidad y el oído para escuchar lo que no nos gusta, tengamos la capacidad para escuchar a un mundo que se contradice, y demos nuestra vida por aquellos que dicen lo contrario de lo que nosotros pensamos.

Jon: ¿Aunque sea algo muy duro?

Joaquina: Yo quiero escuchar al que mata para no matar yo, quiero escuchar al que miente para no mentir yo, al que flagela al niño para no hacerlo yo jamás, porque si no entiendo al que lo hace, lo haré yo también. Quiero un mundo donde nos escuchemos decir lo que realmente creemos que no vamos a hacer, pues cuando busquemos pareja vamos a elegir a la persona que hace lo que nosotros creemos que no vamos a hacer, y al final acabamos cediendo al lado de la persona que creemos que no va a hacer lo que nosotros no vamos a hacer, y convertimos las relaciones en una auténtica basura. Si tuviéramos una visión antes de tener pareja, antes de tener un hijo, si cumpliéramos nuestra misión, no habría nadie sufriendo. No tratemos de tener la razón. Todo el mundo tiene una experiencia que necesita ser escuchada, y desde ahí aprenderemos a decir “sí” y “no” desde nuestro interior. 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s