Jon: Mencionaste hace un par de conversaciones que hay tres motores de voluntad, y que deberíamos detectar cuál de ellos nos falta: Sexo, poder y deber, basados en tres tipos de personas: Persona que le gusta hacer cosas. Persona a la que le gusta sentir y lo desarrolla todo desde sus emociones y la conexión con los demás. Persona que le gusta pensar y lo desarrolla todo desde la razón. En estos tres pilares está la forma de ejercer la voluntad y también los tres detractores para no ejercerla correctamente. Sobre el deber, Kant dice que el hombre se pone él sus leyes y lo normal es que las cumpla. Dice: “La voluntad nos confiere la libertad”, por que tú eres el que te pones tus leyes, tú eres el que decides lo quieres hacer a través de tu moral, de tu ética, …
Joaquina: Hablaba de la voluntad santa donde pones tu intención en aquello que te lleva a lo mejor de ti, y tu voluntad no santa humana que te lleva a satisfacer tus instintos, en realidad lo que hace Kant es que da una estructura a Schopenhauer y Nietzsche y mete la parte divina que el tiene. Dice que el hombre es quien se pone sus propias leyes, decide lo que come, hacia donde quiere llegar, y desde ahí se pone el deber. El deber de conseguirlo, compromiso y responsabilidad. Si el hombre no cumple esas cosas es porque los instintos le atraen, o porque se deja llevar por el poder de hacer las cosas. Si esto lo cumple junto al progreso lo llama la voluntad santa y a los instintos y a lo que detrae de nuestra voluntad lo llama voluntad humana.
Jon: Eso es que en el deber estaría el compromiso que has adquirido con tus propias voluntades.
Joaquina: Podemos hacer una síntesis con los tres perfiles y diríamos: tenemos una voluntad de desarrollo o de inclinación, tenemos una voluntad que nos lleva a crecer o nos lleva a paralizarnos.
Jon:Kant no habla de los deberes impuestos, habla de los deberes que nosotros nos ponemos como leyes para que las cumplamos.
Joaquina: Así es. Tenemos que ver si tenemos el deber puesto al servicio del desarrollo y del poder o puesto al servicio de la debilidad. Normalmente casi todos vivimos con deberes que permean nuestra sociedad, el deber de cuidarte y el de progresar y esto te lo manda la sociedad y de aquí haces tu propia ley y ves que cosas quieres de un lado y de otro, y lo conviertes en tu deber. Todo lo que hagas que esté impregnado de lo que crees que necesitan los demás no está en tu ley está en tu sociedad. Lo que tienes que descubrir es cuál de estas cosas está impidiendo que cumplas tu deber, tu ley. Tenemos que descubrir nuestra ley. El deber es el propósito de vida.
Jon: Entonces, el deber entendido como lo que piensa la sociedad es un deber impuesto y no tiene nada que ver con nuestro deber.
Joaquina: Hemos nacido con la palabra deber inculcada en nuestra cabeza. Esa es la ley impuesta por lo demás, yo me refiero a la ley que llevamos dentro, la ley hacia donde tú quieres progresar, la que es el deber contigo mismo. Kant decía la voluntad no puede estar impregnada de falta de libertad, para tener libertad uno tiene que ver la ley que uno tiene y obedecerla.
Jon: Lo que quiere decir que, para encontrar nuestra libertad, nuestra voluntad, es imprescindible discernir entre lo que es impuesto por la sociedad y lo que es deseoso de nosotros mismos, lo que hemos elegido como ley.
Joaquina: Independientemente que a los demás les parezca mal ésta es nuestra ley y es lo que nos permite avanzar, y tenemos que definir si es una ley que va hacia la razón, hacia el progreso o es una ley que nos lleva a la inclinación o a los instintos, y aunque fuera así tenemos que reconocerlo como nuestra ley, en ningún momento ir contra nuestra ley. Kant lo llama deber, yo lo llamo propósito personal o vital.
Jon: ¿Cuál es tu ley?
Joaquina: Nos tenemos que permitir penetrar en qué cosas nos ayudan a crecer y qué cosas no. En realidad, hay un cúmulo de experiencias que se han convertido en nocivas porque alguien nos ha dicho que el sexo es malo, comer ciertas comidas es malo. Debemos ver una cosa que tenemos en positivo y otra en negativo en el sexo que nos potencia o debilita la voluntad. Lo mismo en el poder, y qué cosa queremos hacer con nuestra vida, aunque sea a corto plazo que nos apetece y que lo que tenemos en el sexo y el poder nos potencia o debilita. Después decide con cuál de las dos (del sexo o poder) te debilita.
Jon: En resumen, propones un ejercicio en 2 pasos:
- Hacemos diagnóstico.
- Decidimos de las dos que nos debilitan cual es más fácil, si la del sexo o la del poder, y sobre ella trabajamos, nunca sobre la difícil porque no la vamos a poder trabajar, se arregla sola.
Joaquina: Si no lo encontras, para saber que te atasca solo hay que ver que te separa de las personas, lo que las personas te están reclamando todo el día. Si no eres capaz de discernir lo que te está paralizando es porque hay algo que está por encima de ti que no quieres que funcione. Esto es lo que llama Nietzsche el no deseo de poder. Schopenhauer dice que la voluntad es siempre un estado de frustración e insatisfacción que te lleva nunca a ser feliz, por eso tenía ese pesimismo tan tremendo, en el que estas todo el día buscando algo, pero la razón queda oculta y el conocimiento en aras de esa voluntad que te la está jugando.
Jon: ¿Cómo sería un ejemplo viendo esto como los peldaños de una escalera?
Joaquina: El primer peldaño sería: ¿Qué cosas de tu sexualidad es decir de todo lo que es el aliento de vivir, todo lo que es supervivencia está en este escalón? ¿Cuál es la que más te debilita, aquella que, aunque quieres flaqueas?
Jon: Por ejemplo, las parejas.
Joaquina: ¿Qué cosa dentro de tu supervivencia es positiva?
Jon: Que me alimento bien.
Joaquina: ¿Cuándo estas en pareja te alimentas bien? ¿Cuándo estas mal con la pareja te alimentas bien? El segundo escalón sería la ambición de progreso ¿Qué es lo que te debilita en el crecimiento de tu poder?
Jon: Las relaciones con los otros.
Joaquina: Habilidad social. ¿Qué es lo que más fuerza te da dentro del poder?
Jon: soy trabajador.
Joaquina: ¿Cuál es tu propósito?
Jon: Escribir libros.
Joaquina: El propósito no tiene nada que ver con los dos escalones anteriores, estos te van a permitir llegar al propósito. Has decidido que los elementos que están en tu ley son: lo que te alimenta dentro del vivir es una buena alimentación y lo que te desnutre tu relación con las parejas. En tu poder lo que te alimenta es que eres trabajador y lo que necesitas potenciar son las relaciones. ¿Qué es más sencillo para ti aprender relaciones sociales o tener buenas relaciones de pareja? ¿que es lo que te hace sufrir más?
Jon: Me hace sufrir más la pareja.
Joaquina: lo que hace sufrir no lo vamos a tocar y nos vamos a centrar en lo que es más fácil. No te vas a quejar ni un solo día de lo que sucede, el foco está en alimentarte bien y empezar a hacer relaciones sociales. Este es el primer paso, miro los dos lugares veo el que me hace daño y el que no, lo mismo en el segundo paso y me pregunto ¿Cuál de los dos me hace sufrir y cual menos? Y elijo el que me hace sufrir menos. Jamás hacer un plan sobre lo que os hace sufrir porque no va a funcionar, hay que ir a la satisfacción. La voluntad no se construye desde el dolor se construye desde el gozo. Si consigues mejorar tus relaciones sociales, tu próxima relación será mucho mejor porque habrás conseguido empoderarte y cuando te empoderas ya no tienes problemas con los demás.
Jon: ¿Y si no nos funciona la vida?
Joaquina: A todas las personas que no les esté funcionando su vida es porque les pesa más el lado negativo del sexo y del poder. Cuando en tu cabeza está el no, no hay propósito de vida. Estas personas siempre que van a hacer un ejercicio de voluntad les falla que permanentemente piensan que no tienen propósito, motivación, no tienen una ley de vida, viven todo el día contra la ley, viven en la ley de los demás no en la suya. Mientras que no lo hagan jamás tendrán un propósito porque el deber que tienen es un deber impuesto.
Jon: Y Kant dice no habrá ninguna persona en este mundo que pueda conseguir avanzar mientras que no encuentre su ley, mientras que viva en la inclinación o en la razón de los demás.
Joaquina: Toda persona que le pesa más el conflicto que el conocimiento es una persona que no quiere estar en su ley sino en la de los demás, toda persona que la voluntad de hacer la tiene aniquilada por las relaciones es una persona que lo que decide es: es más importante lo que no tengo que lo que tengo. ¿Qué prefieres aplicar a tu voluntad, el conocimiento para aprender a vencer el rechazo, o la voluntad para poder trabajar las relaciones?
Jon: el conocimiento.
Joaquina: Te es más fácil trabajar en el conocimiento. Entonces no vas a trabajar en el propósito, vas a poner todo tu trabajo en aplicar un 1% de conocimiento diario para solucionar conflictos que nunca tengan que ver con personas. Los conflictos tienen que ver con uno mismo no con las personas. Toda persona que no tiene propósito es que el lado negativo del sexo y el lado negativo del poder pesan más que lo positivo, a partir de ahí no pueden clarificar su propósito porque no tienen herramientas porque la voluntad está en el no. No vas a encontrar un propósito, ni el éxito profesional, ni saldrás del paro, si estás fuera de tu ley, si piensas en la cabeza de otro, o en la forma de otro, si estás pensando fuera de ti. La voluntad es gozo, el sacrificio nos lleva al desastre.
La voluntad que tenemos es la que queremos y a partir de ahí podemos conseguir todos los cambios que queramos. Cuanta más verdad digas de tu voluntad más posibilidades tienes de encontrar tu voluntad superior; cuanto más la escondas menos posibilidades tienes de encontrarla. La luz no está en pensar que la voluntad que tienes no existe, está en pensar que hoy esa voluntad es la que tú tienes, mañana será la que hayas aprendido, pero hoy es esa.