Jon: Me doy cuenta, Joaquina, que tengo mucha fuerza de voluntad para unas cosas y para otras no.
Joaquina: La voluntad se aprende independientemente que la tengas más desarrollada o no. Solo tienes que averiguar qué la bloquea y qué motores hay en la voluntad y qué motores nos van a mover. Hay cosas para las que no queremos tener voluntad y no la vamos a querer tener nunca. Es necesario saber qué es lo que nos lleva a no querer tener voluntad, conocer qué no queremos hacer y darnos cuenta de que, por lo tanto, estamos en nuestra voluntad independientemente de que nos parezca que no lo estamos. Lo importante es reconocer que no queremos hacerlo.
Jon: Schopenhauer decía que al lado de la voluntad está el sacrificio y el sufrimiento. Creo que siempre que la persona tenga que ejercitar la voluntad contra si misma nunca va a ser feliz.
Joaquina: Por eso, el primer entendimiento de la voluntad es comprender y entender si queremos o no tenerla, porque en el momento que estemos luchando vamos a sufrir. Hay tres motores de voluntad, y debemos detectar cual de ellos es el que nos falta: Sexo, poder y deber, basados en tres tipos de personas: Persona que le gusta hacer cosas. Persona a la que le gusta sentir y lo desarrolla todo desde sus emociones y la conexión con los demás. Persona que le gusta pensar y lo desarrolla todo desde la razón. En estos tres pilares está la forma de ejercer la voluntad y también los tres detractores para no ejercerla correctamente.
Jon: Entonces, ¿el primer motor ayudante o detractor de nuestra voluntad a analizar es el sexo?
Joaquina: Viendo la sexualidad no solo como un encuentro entre dos personas, también todo lo que significa sobrevivir: comer, dormir, higiene, disfrutar, ejercitar los apetitos y los instintos de nuestro cuerpo… todo aquello que exige poder estar en la tierra con un cuerpo y una humanidad.
Jon: Vuelvo a citar a Schopenhauer: “hemos nacido de una copulación y tenemos un deseo de permanecer en ella como una forma de vivir, de ser”
Joaquina: Eso quiere decir que el ímpetu más fuerte y el primer motor del hombre es la sexualidad, y que ante este instinto es muy probable su voluntad de otras cosas le falle. Son los apetitos que nos hacen sentir culpables. La voluntad si se ejerce bien está exenta de culpa.
Jon: Arthur, después de tanta cita ya somos amigos, nos decía que es imposible que el hombre sea feliz a través de estos instintos. Afirma: si yo realmente me planteo de donde sale el hombre, sale de un coito y eso es lo que lleva dentro de él, y que después de estar nueve meses dependiendo que le den de comer la dependencia a que le alimenten y todos los atractivos que significa, están escritos en su identidad interior y que es imposible excluirlo.
Joaquina: Ese gran filósofo, que entendía mucho al ser humano, descubrió que el hombre tenía todo el día buenos propósitos y al final del día muy pocos cumplidos. Entre la intención y la des-intención estaba siempre el fracaso y el dolor. Detrás de toda voluntad hay siempre una expectativa de éxito y la mayoría de las veces es porque hay una falta de conocimiento personal, si nos conociéramos muy bien sabríamos que no vamos a tener éxito en planteamientos que nos hacemos. La persona se plantea retos que en muchos momentos no tiene disposición, ni es el momento, ni quiere hacerlo. Es mejor aceptar que se quiere seguir como hasta ahora disfrutando de ello, y mientras se disfruta es probable que vengan las fuerzas para cambiar la situación.
Jon: ¿Qué nos hace perder la voluntad?
Joaquina: El miedo, la ira y la inconciencia. Partiendo del primer motor que hace dañar la voluntad, el sexo, como nuestra corporalidad, nuestra humanidad ¿qué te debilita en las relaciones con los demás: ser querido o ser reconocido? porque ser queridos está vinculado al sexo. Estamos a merced de nuestros instintos y necesitamos saber cuál nos lleva a un lado u otro. Entendiendo el instinto como algo que maneja nuestra razón.
Jon: Me pongo un poco pedante para no contestarte. Dice Schopenhauer que Descartes ha sido un gran equivocado porque nos dio el conocimiento como la base de nuestra vida sin entender que la base de nuestra vida es la voluntad y que mientras no la manejemos no llegaremos al conocimiento. ¿Cuál es la cuestión que subyace a nuestra falta de voluntad?
Joaquina: Para conocerlo y no darle más valor, hay que a unir dos cosas: la falta de voluntad a la falta de razón; a la sinrazón de esa falta de voluntad para poder entenderlo. El sexo, la comida, la droga, los instintos por la otra persona, el deseo de sobrevivir… un deseo de satisfacción que está por encima de la razón. Ejemplos: ser aceptada, fumar, la comida, el bloqueo sexual porque no fluimos en la relación con el otro por no ser nosotros mismos, no comer por desear ser delgado. No es solo tener una relación sexual perversa que nos daña y que nos arrastra, es una pérdida de voluntad, también lo es no tener una relación cuando la deseas, no permitirte ser. Debemos conocer las dos partes esa parte donde fluir nos lleva a hacernos daño y no fluir nos lleva al mismo daño.
Jon: Las preguntas son: ¿Fluyo en mis relaciones? ¿Fluyo con mi comida? ¿Fluyo en la vida?
Joaquina: Y también: ¿Quieres vivir? Porque hay personas que no quieren vivir, que matan el aliento de la vida y estas personas también deben de ser consideradas como falta de voluntad en el sexo. Debemos plantearnos los dos retos ¿quiero vivir o igual no quiero vivir? ¿Quiero comer, pero igual no quiero comer? ¿Quiero estar, pero igual no quiero estar? En ambos casos en esa falta de supervivencia está el mismo problema. Muchos de nosotros no nos defendemos de la vida, no tenemos ningún interés por vivir ¿en qué cosas no estamos vivos? ¿En qué cosas no queremos vivir? ¿Qué cosas nos dominan y nos quitan la lucha? Si quieres hacer un ejercicio, escribe cinco situaciones donde haya influido tanto el deseo sexual, el apetito, el deseo de agradar… que hayas perdido el horizonte de tus valores, metas u objetivos. Así podrás empezar a unir qué es lo que provocó esa pérdida de voluntad. El ejercicio es “esto es lo que me pasa” es debido a esto y esconde eso otro.
Jon: “hay una necesidad que subyace dentro de nosotros que cuando no la satisfacemos nos vamos a apetitos excesivos” A.S.
Joaquina: Hay que reconocer que hay voluntad, no importa sea positiva o negativa, lo hacemos y no caemos en la trampa y en el discurso absurdo de “no tengo voluntad, no puedo con esto”