Joaquina: Nuestro desarrollo es única y exclusivamente cerebral. Nos desarrollamos por por parcelas cerebrales.
Jon: Sí, ya lo hemos hablado en otras ocasiones. La primera parcela está la capacidad de sobrevivir, el cerebro reptil. Después aparece el tallo límbico y por último el cerebro neocortical. El cerebro reptil nos dice quién somos, el límbico nos dice cómo somos, y el neocortical por qué somos lo que somos.
Joaquina: La siguiente parte es lo que acepto de mí. Qué es lo que aceptamos, no lo que no aceptamos. ¿Qué acepto de mí? ¿Qué es en lo que pienso de mí y me pregunto: “¿Soy lo mejor?”
Jon: Pero siempre hay una parte de nosotros que no aceptamos.
Joaquina: En la parte que aceptamos nos sentimos muy bien. En la parte que no aceptamos nos sentimos muy mal. ¿Qué acepto y cómo expreso eso que acepto?
Jon: Sí, por ejemplo, a muchas personas les cuesta aceptar la tensión que provoca mirarnos. Cuando nos confrontamos con algo lo pasamos un poco mal, de momento… pero nos cambia la vida.
Joaquina: Aceptamos una confrontación cuando no nos toca. Y cuando nos toca queremos que el proceso se haga más delicadamente, mas largo. Este es el problema más grave de la Inteligencia Emocional: la falta de aceptación de nuestra realidad. Si alguien no acepta su realidad, la que es de verdad, tarde o temprano le va a pillar tan desprevenido que le va a destruir. Porque la realidad de la vida es que hay enfermedades, la realidad de la vida es que hay finales de relación, la realidad de la vida es que hay amor que no es eterno, la realidad de la vida es que hay riqueza, que hay pobreza…
Jon: Lo que vienes a decir es que si yo no tengo conciencia de lo que tengo fuerte para luchar contra lo que la realidad de la vida me va a deparar, me va a pillar desprevenido. Pero si yo me veo fuerte en algo, me va a pillar mucho menos desprevenido.
Joaquina: Exacto, por ello debemos buscar lo que tenemos muy bueno para hacer frente a la realidad. Lo que no tan bueno también lo podemos mirar, pero no es tan necesario que lo miremos todo el día. Porque si yo todo el día estoy mirando la luz, la luz apaga la sombra. Si miro la sombra, no voy a tener nunca luz. La luz no tiene sombra. La sombra jamás tiene luz.
Jon: ¿Eso significa expresar nuestras fortalezas continuamente?
Joaquina: Lo que tienes fuerte lo tienes que estar expresando porque ese es tu valor. Es en mí donde tengo que trabajar lo positivo, no en el otro. Aquí estamos hablando de mí conmigo mismo. Es eso que no cambio esté donde esté. Eso es lo que es importante: la autoaceptación que me permite vivir siempre en equilibrio conmigo mismo. Eso es lo que tenemos que agarrar continuamente. Si nosotros no tenemos la cualidad sobre la que nutrir nuestra Inteligencia Emocional individualmente, no seremos nada en la vida. Eso nos va a sacar de cualquier situación: de una enfermedad, de una pérdida…porque eso es lo que nos da la luz. Si la luz me la da otra cosa, sería otra cosa. Lo que más acepto de mí es aquello que me permite tener la luz de mi misma.
Jon: Creo que el único ser que nos conoce somos nosotros. El que el otro nos diga que somos estupendos no va a provocar nada.
Joaquina: Si eres capaz de decir: “Esto es lo que yo soy y lo acepto” tendrá las emociones ordenadas.
Jon: ¿Qué es lo que nos hace vivir en las emociones desordenadas?
Joaquina: La falta de aceptación personal, que nos lleva a la falta de aceptación de lo que pasa en el mundo. Yo elijo ser algo porque ante cualquier situación me encuentro conmigo misma, me permite permanecer auténtica. Cualquiera puede ser algo, por ejemplo, directo, honesto… Si lo expreso empieza a hacerme individual. Y a mí en particular, porque lo elijo me conforma. Lo elijo porque soy yo en cualquier medio y en cualquier lugar. Me permite permanecer auténtica.
Jon: Ya tengo “qué soy”, que es el conocimiento, y tengo el “cómo soy”, que es la aceptación. ¿Y luego?
Joaquina: Luego viene la parte más importante del hombre: la motivación. ¿Qué sentido tiene mi existencia? El “por qué” de mis motivaciones. ¿Qué busco en la vida? ¿Cómo lo busco? ¿Por qué busco eso y no otra cosa? Esto se llama automotivación.
Jon: Estoy de acuerdo, creo que la mayor parte de los problemas, de pareja, de familia, de trabajo… surgen porque no sabemos qué buscamos, no sabemos cómo lograrlo y, lo que es peor, no sabemos por qué eso y no otra cosa.
Joaquina: La muerte de la motivación en el hombre es la palabra “no sé”. En los niños y en los jóvenes responden “no sé” continuamente. La desmotivación surge de no acudir a una respuesta cognitiva interna de que es lo que realmente necesitan, qué están buscando en su vida. ¿Qué sentido tiene mi vida aquí? ¿Por qué existo yo y no existe otra persona? Si uno no conoce su propósito vital está perdido. Si no encontramos el sentido de nuestra existencia no encontramos el sentido de nuestra convivencia, porque desde la motivación ya nos relacionamos con el otro. Si yo encuentro una motivación es cuando miro al otro. El sentido trascendente de la vida es: “yo he venido al mundo a hacer algo que nadie más puede hacer”. Mi sitio no puede ser ocupado por otra persona. El “qué busco” tiene que estar definido por un sentido trascendente de si mismo. Lo que busco no es solo para mí, porque si lo busco solo para mi entonces me pierdo. Lo que busco tiene que tener un sentido que me rebase a mí mismo. Aunque sea algo como ser feliz, ya me rebasa a mi mismo. La motivación es igual a necesidad ¿Qué necesitas tu?
Jon: Ahora mismo mi necesidad es comprender muy bien lo que me estás diciendo
Joaquina: De lo que se trata es de descubrir qué necesidad tenemos. Esa necesidad es lo que buscamos. Vamos a buscar la necesidad que tenemos cubierta, no la que tenemos que cubrir. Me tengo que centrar en lo que tengo. La diferencia entre necesidad cubierta y necesidad expectante es que la necesidad expectante te quita la necesidad y la cubierta te la da.
Jon: Si me pongo a mirar lo que tengo, estoy cubriendo el qué soy, cómo soy y por qué soy así.
Joaquina: Este es el sentido de la vida. El resultado es un incremento de la inteligencia transpersonal, es el conocimiento del yo. Tengo que saber: quién soy, cómo soy y qué quiero, qué necesidad tengo. Y con estas tres cosas: autoconocimiento, autoaceptación y automotivación personal, tengo mi yo personal cubierto. Una vez que mi yo personal está cubierto, lo que estoy buscando es mi yo social, que se llama yo interpersonal.
Jon: ¿Qué pasa si una persona no busca?
Joaquina: Cuando una persona no busca es que no existe ni para ella misma. Hay muchas personas que se quedan paralizadas en el “yo me conozco”, otras en el “yo me acepto”. Y muchísimas otras que no se plantean que tienen que vivir sus propias motivaciones. Si yo no vivo mis motivaciones entonces yo no existo. El sentido trascendente de esta vida es desarrollarme como persona individualmente, aunque se muriera el mundo que me rodea.