226 ¿Quién soy yo?

Jon: ¿Qué nos sucede para que perdamos el contacto con lo que somos y con lo que queremos ser cuando una emoción aparece? Puede ser una emoción de fracaso o de éxito.

Joaquina: En muchos casos, cuando tiene una emoción, todo lo que sabemos lo perdemos, y a partir de ahí se empieza uno a cuestionar el porque. Debemos identificar dónde estamos más fuertes dentro de estos 3 elementos: Las sensaciones, tienen que ver con la supervivencia, con la capacidad de manejar los sentidos. Como manejo lo que siento, lo que veo, lo que huelo, lo que toco… Las emociones, que tienen que ver con mis sensaciones de las cosas que pasan. Son elementos que no podemos decir que sean verdad o que sean mentira. Y los sentimientos, que tienen que ver con el conocimiento de lo que significa estar con los demás.

Jon: Mi pregunta va más dirigida a los sentimientos. Qué está pasando dentro de mi que me desajusta.

Joaquina: Tiene que ver con los sentidos, debemos cuidar mucho nuestros sentidos. Los cinco sentidos tienen que estar muy desarrollados y perfectos, porque si no es así no vamos a saber sobrevivir en nuestras emociones. Si nuestra mirada no está preparada para observar, para identificar, si nuestro tacto no está preparado para identificar…cualquiera de los cinco sentidos, nos vamos a encontrar con que nuestro mundo de supervivencia emocional está muy detenido. Hay muchísimas personas que ya no tocan, que no son capaces de mirar las texturas que tienen cerca, que no son capaces de deleitarse con las sensaciones que le provoca un tacto. Lo que hacemos es tocar a los animales en vez de a la persona. 

Jon: ¿Por qué?

Joaquina: Porque el perro no nos compromete. El tacto es el primer sentido que se desarrolla en relación con las personas. El tacto es lo primero que vincula a un niño con su madre. El olor, olfatea a su madre. Y cuando la olfatea descubre que ahí hay mucho amor, hay mucha seguridad…detecta el olor de la madre en contra del olor de los demás. Hemos perdido el olfato incluso para saber cuándo nuestra pareja nos está deseando. Un olor que los jóvenes lo notan rápido, pero que nosotros lo hemos ido perdiendo. El olor de la sensualidad.

Jon: Sí, la verdad es que hemos adormecidos casi todos. En mi caso, el más adormecido es el de la escucha. He perdido mucha capacidad de escuchar, de observar…

Joaquina: Este es uno de los elementos que más desbordan emocionalmente. Cuando no sabemos manejar nuestros sentidos aparecen muchos problemas. Para manejar sentimientos es importante escuchar. Quizá has puesto foco en desarrollar tu inteligencia matemática y no en desarrollar tus relaciones con el otro. Y a partir de ahí se producen los problemas. Y no te has dado cuenta de que es la relación humana la que nos hace perder o ganar en inteligencia. Primeramente las relaciones humanas con uno mismo, luego con los nuestros, después con los ajenos y después en nuestra vida profesional.

Jon: Encuentro que en las relaciones con los demás hay una especie de lucha de intereses…

Joaquina: Así es, y en esa lucha de intereses es cuando, de alguna manera, pierdes tu inteligencia. Cuando la Inteligencia Emocional se pierde es cuando tenemos expectativas que no cubrimos. Esas expectativas están posicionadas en 3 bandos: La expectativa que tengo sobre mí. La expectativa que tengo sobre ti. La expectativa que tengo sobre todo. Te deberías preguntar:

  • ¿Qué expectativa tengo yo con respecto a mi propia Inteligencia Emocional?
  • ¿Qué expectativa tengo yo con respecto a las personas más cercanas a mí (mi pareja, mi madre)? Las personas con las que tengo un vínculo con una expectativa direccional e inmediata.
  • Y que expectativa tengo yo con respecto a la sociedad, que es más lejana, pero con la que me tengo que enfrentar.

Jon: Quizá podría transformar un poco las preguntas de esta manera: ¿Qué estoy esperando yo de mi mismo en relación con mi vida? ¿Qué estoy esperando de mi mismo en relación con mi desarrollo físico, emocional e intelectual?

Joaquina: Lo primero que debes saber es si en el yo has puesto el ejercicio de conocerte, de aceptarte y de motivarte:

  • ¿Estoy viviendo conmigo perfectamente? ¿Hay cosas de mí que no conozco? Si no me conozco ¿Cómo me voy a poder relacionar bien con el otro?
  • ¿Me acepto o soy una persona que me critico? Y si me critico, ¿cómo me voy a poder relacionar bien con los demás?
  • ¿Tengo una motivación y la vivo? Si no tengo mi motivación, ¿cómo voy a intentar que los otros acepten mis motivaciones?

Jon Estas serían preguntas que, en su respuesta, estaría el autoconocimiento: donde estoy yo en relación con el mundo.

Joaquina: Así es, y la primera cosa que me tengo que preguntar como individuo es: ¿qué conozco de mi mismo para estar preparado para cualquier cosa que pueda suceder? Y estas preguntas me las tengo que hacer en 3 niveles: ¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Por qué soy? Revisándolo puedes decidir si quieres cambiar algo o no. Pero si no te dices esas cosas claramente, es muy difícil que puedas tener una respuesta.

Jon: Sí, si no tenemos esa capacidad de decírnoslo, a pesar de que no nos guste lo que nos estamos diciendo, provocará que el “quien soy yo” enrarezca el “como soy yo”. Por ejemplo: soy alguien que no me acepto y, por lo tanto, no me encuentro bien conmigo mismo.

Joaquina: Si te das esa respuesta te vas a dar cuenta de que al lado tienes un niño, que eres tú, que necesita darse esa respuesta.  Quien soy yo, independientemente del hijo que soy. Si un niño no empieza a descubrir quien es en relación con él mismo, y empieza a ser en relación con su madre, en relación con su padre, en relación con el mundo entero…al final tendrá un problema de Inteligencia Emocional en un espacio de tiempo muy corto. Ha perdido su identidad.

Jon: Entonces ese conocimiento lo que nos da es identidad.

Joaquina: El “¿quién soy yo?” debe tener una respuesta que se amplíe en nuestra resonancia y hacernos felices. El “¿quién soy yo?”, “¿cómo soy yo?” y “¿por qué soy así?” es una unidad. El “¿quién soy yo?” puede ser infinito. Además, el conocimiento del yo te dice para que estas aquí. Cuando tú vas haciendo tu estructura, lo que vas rellenando te va dando una identidad que te hace ser, para ti, único. Para los demás puede ser, o no.

Jon: ¿Puedes poner un ejemplo?

Joaquina: El hecho de ser hijo de Claudio Elejabeitia decide como te quieres mirar. Esta sería tu primera mirada de foco. ¿Dónde te quieres mirar? Elijes de toda tu mirada lo que me quieres decir a mi. ¿Cómo eres como hijo de Claudio Elejabeitia? Y de pronto te fijas en una de sus cualidades. Y luego te dices el por qué has elegido esa cualidad. Eso es lo que te hace ser único. Esa mirada solo la puedes tener tú. Eres único en el mismo momento en que sabes quién eres, cómo eres y por qué eres. El por qué siempre es lo que sabes, es lo que te justifica como conocimiento. Lo físico sería quién eres. Lo emocional sería cómo eres y el pensamiento sería por qué eres lo que eres.

Jon: ¿Y si no te gusta lo que ves?

Joaquina: En el momento que sientes que lo que eres es bueno, que te gusta lo que eres, lo que va sucediendo es bonito. En el momento en que te das cuenta de que el “qué soy” no te gusta, ya todo lo demás te empieza a dar problemas. El conocimiento del yo es conocer todas las facetas donde puedes llenarte de tu yo. Sería como tu diario de conocimiento. El “¿quién soy yo?”, “¿cómo soy yo?” y “¿por qué soy así?” sería: La sensación que tengo sobre mí. La emoción que tengo sobre mí. El sentimiento que tengo sobre mí. El “¿quién soy yo?”, “¿cómo soy yo?” y “¿por qué soy así?” sería: Cómo me toco. Cómo me emociono. Cómo me pienso. El conocimiento es el descubrir todas las facetas que tú tienes y que son aprovechables por ti. No importa que los demás lo vean como aprovechable o no.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s