Jon: En la última conversación nos quedamos en que sería genial unir los arquetipos, los 5 elementos y las estaciones del año.
Joaquina: Buenos días, Jon, ¿cómo te encuentras?
Jon: Sí, claro, disculpa, me encuentro muy bien, gracias ¿cómo estás tú? Es que este tema me parece muy apasionante.
Joaquina: Si que lo es. La naturaleza habla de forma muy diferente según su clima, temperatura, fuerza solar… aporta diferentes posibilidades de subsistir según sea su estación. Y nosotros nos comportamos de manera muy diferente según la época del año. Orgánicamente nos sentimos mejor o peor según el clima, temperatura, estación, día o noche…
Jon: ¿Para qué unir la naturaleza y la identidad del ser humano?
Joaquina: Es un medio de investigar y aportar luz a nuestra conciencia y conocimiento, realmente práctico. Los cinco elementos y su funcionalidad nos ayudarán a identificar cada proceso y dirigirnos hacia el éxito sin problemas.
Jon: ¿Cómo nos relacionan los cinco elementos con la naturaleza, y las estaciones con nuestros ciclos de crecimiento?
Joaquina: El frío del invierno te recoge y los campos no dan fruto, así que vives de lo recogido y analizas las nuevas siembras. Los rayos primeros de la primavera avisan de las lluvias y los vientos preparando las siembras. La polinización florece. El calor y el sol del verano ayudan a la cosecha. El grano recogido se intercambia con los de otros para completar el alimento. En el largo verano la cosecha ya se ha recogido y el campo se orea y prepara. Compruebas desde la validez de tu fruto que deseas seguir sembrando. Es tiempo de coherencia. En el otoño se queman los rastrojos y se purifica el campo. Ya no vale lo que se hizo y hay que prepararse para lo nuevo. Es tiempo de entrega.
Jon: Bonitas alegorías para el desarrollo personal.
Joaquina: En invierno te recoges y aprendes a sobrevivir. Necesitas la mesura y la autoridad. El dinero y la afectividad se hacen patentes. La primavera es tiempo de crecer y aceptar. Tu casa se aleja y debes buscar nuevos lugares que formen tu nuevo hogar. En verano ya has conocido de ti, ahora sales a comprobar lo que otros saben para aprender e intercambiar. Durante el largo verano, todo lo que tu has aprendido y lo que los otros te han enseñado te hace elegir obediente a tu llamada con coherencia. En el otoño el pasado ya no sirve. La purificación de los recuerdos y la entrega a lo nuevo te hace preparar una nueva etapa.
Jon: Si no recuerdo mal, las fechas son estas: Nacidos en invierno: del 21 de diciembre al 20 de marzo. Nacidos en primavera: del 21 de marzo al 20 de junio. Nacidos en verano: del 21 de junio al 20 de agosto. Nacidos en largo verano: del 21 de agosto al 20 de septiembre. Nacidos en otoño: del 21 de septiembre al 20 de diciembre.
Joaquina: Estas cinco estaciones y estos cinco elementos, corresponden a ciclos de crecimiento:
- Nacimiento/tiempo de sobrevivir: Es el nivel de conciencia intangible. El invierno.
- Niñez/ tiempo de aceptar: Es el nivel medio tangible. La primavera.
- Juventud/tiempo de intercambiar: Es el nivel más tangible. El verano.
- Adulto/tiempo de manifestar: Conciencia reconocida. El largo verano.
- Madurez/tiempo de entregar: Conciencia purificada y entregada. Apertura a un nuevo ciclo. El otoño.
Jon: Yo nací en invierno ¿Qué información puedo obtener de este dato?
Joaquina: Has nacido en tiempo de inconsciencia. La supervivencia va a ser tu gran reto. El propio poder (dinero) y la afectividad (sexo) serán tus medios de seguridad y también tus trampas. Tiendes a daños físicos cuando no realizas tus aprendizajes. Eres una persona bastante física y necesitas tener pareja. Necesitas sentir tu autoridad, y por ello oscilas entre el autoritarismo y la sumisión. Estás ávido de conocimiento.
Jon: Pues efectivamente, así es. ¿Y los nacidos en primavera?
Joaquina: Nacen en tiempo de subconsciencia. Las emociones, la familia, la casa y las raíces son sus retos. La necesidad de sus padres y la tendencia a formar otro hogar serán sus trampas. Tienden a crisis emocionales de ira. La firmeza y la flexibilidad son sus aprendizajes. Son personas más emocionales y necesitan formar un hogar o tener casa física propia. Están ávidas de aceptación.
Jon: ¿Los nacidos en verano?
Joaquina: Nacen en tiempo de conciencia. Las razones, el trabajo, la comunicación y la transparencia serán sus retos. La necesidad de tener la razón y sentirse únicos serán sus trampas. El dogmatismo y el egocentrismo son sus actitudes más notorias. Necesitan tener trabajo o en su defecto una carrera o estudios que les respalden. Son personas que razonan, aunque estén exentas de razones. Ávidas de que piensen que saben.
Jon: ¿Los nacidos en largo verano?
Joaquina: Nacen en tiempo de comprobar. La coherencia y la obediencia así mismos son sus retos. La desobediencia y la manifestación inadecuada son sus trampas. Se mueven entre la timidez y la excentricidad. Necesitan reconocimiento o aceptación o sentirse respaldadas por conocimientos. Son personas que necesitan la lógica y a veces no la encuentran y luchan por ella.
Jon: Quedan los otoños, como tú.
Joaquina: Nacemos en tiempo de entregar. La libertad y el desapego a los resultados son nuestros retos. La trampa es el pasado y el rencor. vivimos cuestionando todo lo que hemos hecho o haremos. Somos personas que necesitamos desprendernos de nosotras mismas y de todo lo que hemos vivido. Podemos caer en la trampa de la incomunicación y la pérdida de autoridad. La muerte y la destrucción nos arrastra para no seguir creciendo.
Jon: Y esto, a su vez, está conectado con los 5 arquetipos: Huérfano, Vagabundo, Mártir, Guerrero y Mago.
Joaquina: El Huérfano corresponde al invierno y necesita confiar en sus propias fuerzas. Busca ser alimentado y protegido por el afecto o por el poder. Desea una vida fácil en la que le gustaría no trabajar. Su logro: la autosuficiencia en todos los planos. El Vagabundo corresponde a la primavera. Necesita respetar lo conocido y abrirse a nuevas formas de vida. Huye de las obligaciones y teme hacerse mayor. Su logro: aceptar sus responsabilidades. El Mártir es el verano. Necesita vivir la vida como un disfrute responsable y alejarse del concepto del sacrificio propio o ajeno. Busca tener la razón y que se reconozcan sus logros. Su logro es la generosidad y el altruismo. El Guerrero es el largo verano. Cree que las experiencias suyas son las mejores y más válidas. Debe huir de la sensación de que todo es una batalla en la que a veces pierde.
Su logro es la manifestación obediente a sus principios sin imponerlos. Por último, el Mago es el otoño. Necesita vivir desapegado de su pasado. Debe cuidar de no utilizar su poder de forma destructiva. Es el resultado de nosotros mismos y debe asumir su propia vida. Su logro es trascender el deseo de frenar su autodefinición.
Jon: Viendo todo esto, deduzco que cada uno de nosotros, por nuestro nacimiento, debemos reconocer que hemos venido a aprender algo concreto. Y si repasamos los símbolos de nuestra vida deberíamos reconocer que aprender sin crecer y comprobar lo aprendido no tiene sentido.
Joaquina: ¿Qué sentido tiene la vida sin aplicar y entregar lo aprendido y comprobado? Cada uno de nosotros debe desarrollas sus posibles misiones y actos en esta vida, empezando por lo que hemos venido a aprender, lo que suponemos que hemos venido a comprobar y lo que tendríamos que entregar.