Joaquina: Es importante que encuentres aquella cosa para la que dices: “no puedo”, “no sé”, “no soy capaz”, “me siento impotente” etc. El poder adquirir conocimientos, el poder relacionarte con personas, el poder vivir socialmente, el poder ganar el dinero que necesitas… hay algo donde está escondida la semilla de tu contra-líder. Esa que te dice que no puedes.
Jon: ¿Puedes ponerme un ejemplo?
Joaquina: Te voy a contar el mío. Mi “no puedo” es social. Es un “no puedo” limitador brutal. No puedo ser habilidosa social. No tengo las cualidades para relacionarme con las personas, y eso limita absolutamente toda mi vida entera. Da es igual si ya estoy en el punto uno en el punto tres o en el punto dieciséis, esto limita toda mi existencia.
Jon: Para mí, el primer limitador que noto es el cuerpo.
Joaquina: La cualidad más importante de la muerte del líder es la queja, el mal humor, y el gruñido. Cuando gruñas, te enfades y te quejes está matando tu líder. Matando quiere decir que no escuchas a tu líder internamente. ¿Recuerdas la película Gran Torino?
Jon: ¡Claro! De lo mejor de Clint Eastwood.
Joaquina: En esa el pierde a su esposa, y me gustaría que investigaras quién es la “esposa” en tu vida. La esposa que él tiene ha tenido tapado totalmente a su líder. En el momento en el que ella se va, se ve obligado a relacionarse con el mundo y lo que era un “no puedo” se convierte en “puedo” y para lo que “no valgo” se convierte en “valgo” y para lo que piensa que no tiene ningún sentido, se convierte en el sentido de su vida. Kowalski se convierte en el maestro, en el director, en el mentor, y cuando piensa simplemente esa es su función, de pronto se da cuenta que mas allá de eso está un amor tan profundo en el que, de pronto, comprende que su familia es el mundo, no es él. Y entiende que necesita el mundo, y se da cuenta de que el mundo necesita limpieza, el mundo necesita quitar las bandas que anulan la vida, el mundo necesita que la sociedad sea distinta… y ahí emerge el líder.
Jon: Sí, es una película impresionante de lo que es un líder en el sentido que tú dices, pero a destiempo.
Joaquina: Por eso hay que quitar el “tapón” cuanto antes. Kowalski no sabía sabía que tenia vecinos, se lo tenia todo resuelto su esposa, y eso le estaba impidiendo ver su objetivo. Y luego ese mundo de ternura que tienen ciertas personas que sólo lo pueden expresar a los animales, porque los seres humanos les dan miedo. Es otro momento mágico ver cómo quiere a su perrita para darnos cuenta que la perrita para el que se relacione con el mundo.
Jon: Hay más tipos de liderazgo en la película, la anciana, el cabecilla de la banda… ¿Thao?
Joaquina: Walt Kowalski va forjando y sacando el liderazgo de Thao, que es el mismo que el suyo. Es como si redimiera su falta de liderazgo interno en la vida y juventud, rescatando y enseñando a Thao a cómo hacerlo. El aprendizaje de esta película es que no es necesario que nos ocurran cosas dramáticas para poder llegar a evolucionar y funcionar con nuestro líder interno.
Jon: Uniéndolo con lo de antes, entonces lo primero que hay que localizar es en lo que nos decimos “no puedo”
Joaquina: Así es, y luego ver si es verdad, o hay una disculpa escondida detrás, que utilizas como una muralla que te impide seguir el camino. Y entonces tenemos las dos cosas: la muralla y lo que no queremos perder, lo que no queremos dejar atrás en el camino y para lo que, precisamente creamos la muralla. Puede ser una persona, un lugar, una cosa, el dinero… Y surge una tercera cosa, una petición de liderazgo externa, una llamada al liderazgo de tu vida.
Jon: ¿Tú la tuviste?
Joaquina: Sí, yo trabajando en una empresa haciendo una serie de cosas, y tuve la llamada a otra profesión totalmente diferente. Y la lucha que tuve entre la profesión que tenia y la que surgió en mi vida fue mi gran batalla. No quería perder la comodidad en la que vivía, y la llamada era incómoda. No quería perder la familia, y la dedicación que exigía la llamada repercutiría en ella.
Jon: Entonces, se forma como un triángulo entre lo que no queremos perder, la llamada al liderazgo, y la muralla que nos ponemos como disculpa. ¿Puede ocurrir que ya hayamos tenido la llamada y la dejamos pasar?
Joaquina: Si ya hemos perdido el hilo de la vida, ya no hay llamadas. Ya hubo la llamada y la fuimos tirando sin hacerle ningún caso y estamos muy adormecidos. Ya no nos avisa, ya no nos mueve, ya no hay pálpito… nos hemos quedado con lo que no queríamos dejar: nuestra brusquedad, nuestra ineficacia, nuestro miedo, nuestra pareja, nuestra iglesia convencional… nos hemos establecido en el “no me movilizo”
Jon: ¿Como se puede saber?
Joaquina: Por la voluntad. Hay un momento en la película que, si tienes sensibilidad para llorar, es el único momento donde a mí se me rompieron las carnes. Y es cuando el que te llama entra en tu corazón, y es la imagen de los Hmong entrando en casa a traerte la comida. Cuando ya no has podido defenderte de la llamada del líder es cuando lo dejas entrar en casa. Cuando el líder flexiona a ser líder es cuando deja entrar la comida en su casa, cuando de pronto dice es mejor convivir que estar solo, es mejor comer este alimento que comer mi sopa, es mejor el alimento que me dan los demás, el conocimiento, la grandeza de espíritu que me dan los demás, que mi pequeñez por muy grande la que yo la considere ese momento.
Jon: Ves la comida como una metáfora de las ideas.
Joaquina: ¡Exacto! Para mi la comida que entra en esa casa son las ideas de los demás, y que penetre en la cabeza de un líder las ideas de los demás y que conviva con ellas es lo mas difícil, lo mas complicado que hay en este mundo. Entonces, hay un ejercicio primero, en el momento en el que comienza a participar en lo que pasa a fuera, y sale de su espacio de confort. Ahí ya está haciendo liderazgo participativo, pero no activo, y no hay nadie en este mundo que se ponga al servicio de los demás que no se sienta estupendo. Cuando permites que el servicio sea común y comunitario es cuando verdaderamente la función de líder acaba de ser. Es el momento donde él empieza a ser líder, es donde su corazón se ablanda absolutamente.
Jon: ¿Cómo diferencias el liderazgo participativo del activo?
Joaquina: El liderazgo participativo es cuando se encuentra con los demás, y está con los demás. Lo que hace es participar en lo que quiere y se va. En el liderazgo activo no hay ninguna posibilidad de que te frenes. Estás actuando permanentemente sobre las cosas que vas pensando y pasan. Actuar es la parte de la mente. Lo que va haciendo es participar en lo que le interesa y regula si entra o no. Y el activo es cuando ya penetra en su corazón y ya no puede eludir nada de lo que está pasando. Ya todo lo que pasa en esa casa es suyo, necesita participar de todo, de lo que falta, de lo que no falta, de cómo se sienten, de qué quieren, de lo que no quieren. En ese momento se hace padre se Sue y de Thao. Ahí empieza a actuar como líder.
Es curioso cómo Joaquina puede llegar a actuar desde donde esté. Al leerla se me ha recordado una llamada en mi infancia que preferí no escuchar. ¡Gracias por traer sus palabras Jon!
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Me alegro Guillermo, Un abrazo¡¡
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