Termino de reescribir un artículo de hace unos meses que tenía guardado en el ordenador. Le doy a cerrar y me sale una ventanita que dice: “Esta acción actualizará el formato de archivo. Puede que el diseño del documento cambie, y dos opciones: “Cancelar” y “Aceptar”. Aceptar… que maravillosa palabra. ¿Qué acepto de mi? ¿Qué es lo que pienso de mi y digo “soy el mejor”?
Jon: Me estoy dando cuenta de que tengo una parte de mi que no acepto. En la parte que acepto me siento muy bien. En la parte que no acepto me siento fatal ¿Qué acepto y como expreso eso que acepto? ¿Hay personas que aceptan de sí cosas, pero no las expresan?
Joaquina: Difícilmente aceptamos la tensión que provoca mirarnos. Cuando nos confrontamos con algo lo pasamos un poco mal, de momento… pero nos cambia la vida. El hombre suele decir: “Mejor que no nos la cambie. Estoy tan bien mal… Aceptamos una confrontación cuando no nos toca. Y cuando nos toca queremos que el proceso se haga más delicadamente, mas largo. Este es el problema más grave de la Inteligencia Emocional: la falta de aceptación de nuestra realidad. Si alguien no acepta su realidad, la que es de verdad, tarde o temprano le va a pillar tan desprevenido que le va a destruir. Porque la realidad de la vida es que hay enfermedades, la realidad de la vida es que hay finales de relación, la realidad de la vida es que hay amor que no es eterno, la realidad de la vida es que hay riqueza, hay pobreza…
Jon: Hablas de tomar conciencia de la realidad de nuestra vida.
Joaquina: Si yo no tengo conciencia de lo que tengo fuerte para luchar contra lo que la realidad de la vida me va a deparar, me va a pillar desprevenido. Pero si yo me veo fuerte en algo, me va a pillar mucho menos desprevenido. Busca lo que tienes muy bueno para hacer frente a la realidad. Lo que no tan bueno también lo puedes mirar, pero no es tan necesario que lo mires todo el día. Porque si yo todo el día estoy mirando la luz, la luz apaga la sombra. Si miro la sombra, no voy a tener nunca luz. La luz no tiene sombra. La sombra jamás tiene luz.
Jon: Al estar en lo que la inteligencia emocional llama autoaceptación, si que me acepto con mis asuntos. ¿Por qué?
Joaquina: Porque los resuelvo en el momento. Si no, se me hace la vida muy costosa. Debes ver qué aceptas y si lo expresas. Si no lo aceptas, tienes que activarlo muy fuerte para que se exprese. Y así verás lo que te aporta. Lo que tienes fuerte lo tienes que estar expresando porque ese es tu valor. Es en mí donde tengo que trabajar lo positivo, no en el otro. Es eso que no cambio esté donde esté. Eso es lo que es importante: la autoaceptación que me permite vivir siempre en equilibrio conmigo mismo. Eso es lo que debes que agarrar continuamente. Si no tienes la cualidad sobre la que nutrir tu Inteligencia Emocional individualmente, no serás nada en la vida. Eso te va a sacar de cualquier situación: de una enfermedad, de una pérdida…porque eso es lo que te da la luz. Lo que más aceptas de tí es aquello que te permite tener la luz de ti mismo. Yo he pensado muchísimas veces como se sentían las personas cuando alguien se levantaba y decía: “Yo soy el hijo de Dios”. Como sentir cuando la eminencia te dice que no eres nada. Solamente la eminencia me puede decir que no soy nada para llevarme a ser una eminencia.
Jon: ¿Quién es la mayor eminencia que tenemos de nosotros?
Joaquina: El único ser que nos conoce somos nosotros. El que el otro nos diga que somos estupendos no va a provocar nada. Pero si tú eres capaz de decir: “Esto es lo que yo soy y lo acepto” tendrás las emociones ordenadas.
Jon: ¿Qué es lo que nos hace vivir en las emociones desbordadas?
Joaquina: La falta de aceptación personal, que nos lleva a la falta de aceptación de lo que pasa en el mundo. Yo elijo ser algo porque ante cualquier situación me encuentro conmigo mismo, me permite permanecer auténtico. Cualquiera puede ser algo, por ejemplo, directo, honesto… Si lo expreso empieza a hacerme individual. Y a mi en particular porque lo elijo me conforma. Lo elijo porque soy yo en cualquier medio y cualquier lugar. Me permite permanecer autentico.
Jon: Estás utilizando la mente, en vez de la emoción.
Joaquina: Ya tienes “qué eres”, que es el conocimiento, y tienes el “cómo eres”, que es la aceptación. Ahora viene la parte más importante del hombre: la motivación. ¿Qué sentido tiene mi existencia? El “porque” de mis motivaciones. ¿Qué busco en la vida? ¿Cómo lo busco? ¿Por qué busco eso y no otra cosa? Esto se llama automotivación. La mayor parte de los problemas de pareja, de familia, de trabajo… surgen porque el hombre no sabe qué busca. No sabe cómo lograrlo y, lo que es peor: no sabe por qué eso y no otra cosa.
Jon: Lo que convierte la palabra no sé a la muerte de la motivación… y los niños y los jóvenes responden “no se” continuamente.
Joaquina: La desmotivación surge de no acudir a una respuesta cognitiva interna de qué es lo que realmente necesitan, qué están buscando en su vida. ¿Qué sentido tiene mi vida aquí? ¿Por qué existo yo y no existe otra persona? Si uno no conoce su propósito vital está perdido. Si no encuentras el sentido de tu existencia no encontrarás el sentido de tu convivencia porque, desde la motivación ya nos relacionamos con el otro. Si yo encuentro una motivación es cuando miro al otro.
Jon: El sentido trascendente de la vida es: “yo he venido al mundo a hacer algo que nadie más puede hacer”. Mi sitio no puede ser ocupado por otra persona.
Joaquina: El “qué busco” tiene que estar definido por un sentido trascendente de si mismo. Lo que busco no es solo para mí, porque si lo busco solo para mi entonces me pierdo. Lo que busco tiene que tener un sentido que me rebase a mí mismo. Aunque sea algo como ser feliz, ya me rebasa a mí mismo. ¿Cómo lo logro? Y justificación de porque eso y no otra cosa. La motivación es igual a necesidad ¿Qué necesitas tú? Descubre que necesidad tienes. Esa necesidad es lo que buscas. Vas a buscar la necesidad que tienes cubierta, no la que tienes que cubrir. Te debes centrar en lo que tienes.
Jon: ¿Qué diferencia hay entre necesidad cubierta y necesidad expectante?
Joaquina: La diferencia entre necesidad cubierta y necesidad expectante es que la necesidad expectante te quita la necesidad y la cubierta te la da. Si yo me pongo a mirar lo que tengo, estoy cubriendo algo maravilloso que es: Qué soy, cómo soy, qué quiero, qué necesidad tengo. Este es el sentido de la vida. El resultado es un incremento de la inteligencia transpersonal, es el conocimiento del yo.
Jon: Estas tres cosas las define la inteligencia emocional como autoconocimiento, autoaceptación y automotivación personal. ¿Tengo con ellas cubierto mi yo personal?
Joaquina: Sí, y una vez que está cubierto, lo que has de buscar es tu yo social, que se llama yo interpersonal. Cuando una persona no busca es que no existe ni para ella misma. Hay muchas personas que se quedan paralizadas en el “yo me conozco”, otras en el “yo me acepto”. Y muchísimas otras que no se plantean que tienen que vivir sus propias motivaciones. Si yo no vivo mis motivaciones entonces yo no existo. El sentido trascendente de esta vida es desarrollarme como persona individualmente, aunque se muriera el mundo que me rodea.