Joaquina: Ya tenemos “que somos”, que es el conocimiento, y tenemos el “como somos”, que es la aceptación. Ahora viene la parte más importante del hombre: la motivación. ¿Qué sentido tiene mi existencia? El “porque” de mis motivaciones. ¿Qué busco en la vida? ¿Cómo lo busco? ¿Por qué busco eso y no otra cosa? Esto se llama automotivación.
Jon: Pienso que la mayor parte de los problemas de pareja, de familia, de trabajo… surgen precisamente porque no sabemos lo que buscamos, no sabemos como lograrlo y, lo que es peor: no sabemos por qué eso y no otra cosa.
Joaquina: La desmotivación surge de no acudir a una respuesta cognitiva interna de que es lo que realmente se necesita. ¿Qué sentido tiene mi vida aquí? ¿Por qué existo yo y no existe otra persona? Si uno no conoce su propósito vital está perdido. Si no encontramos el sentido de nuestra existencia no encontramos el sentido de nuestra convivencia, porque desde la motivación ya nos relacionamos con el otro. Si yo encuentro una motivación es cuando miro al otro.
Jon: Ese sería el sentido trascendente de la vida es: “yo he venido al mundo a hacer algo que nadie más puede hacer”. Mi sitio no puede ser ocupado por otra persona.
Joaquina: Así es. El “que busco” tiene que estar definido por un sentido trascendente de si mismo. Lo que busco no es solo para mí, porque si lo busco solo para mi entonces me pierdo. Lo que busco debe tener un sentido que me rebase a mí mismo. Aunque sea algo como ser feliz, ya me rebasa a mí mismo. ¿Cómo lo logro? Y justificación de porque eso y no otra cosa. La motivación es igual a necesidad ¿Qué necesitas tú? Se trata de descubrir qué necesidad tenemos. Esa necesidad es lo que buscamos. Vamos a buscar la necesidad que tenemos cubierta, no la que tenemos que cubrir. Me tengo que centrar en lo que tengo.
Jon: ¿Cuál es la diferencia?
Joaquina: La diferencia entre necesidad cubierta y necesidad expectante es que la necesidad expectante te quita la necesidad y la cubierta te la da. Si yo me pongo a mirar lo que tengo, estoy cubriendo algo maravilloso que es: Que soy, cómo soy y por qué soy así. Este es el sentido de la vida. El resultado es un incremento de la inteligencia transpersonal, es el conocimiento del yo. Tengo que saber: Quién soy, cómo soy y qué quiero, qué necesidad tengo. Y con estas tres cosas: autoconocimiento, autoaceptación y automotivación personal, tengo mi yo personal cubierto. Una vez que mi yo personal está cubierto, lo que estoy buscando es mi yo social, que se llama yo interpersonal.
Jon: ¿Y si eres una persona que simplemente vives la vida sin buscar nada de esto?
Joaquina: Cuando una persona no busca es que no existe ni para ella misma. Hay muchas personas que se quedan paralizadas en el “yo me conozco”, otras en el “yo me acepto”. Y muchísimas otras que no se plantean que tienen que vivir sus propias motivaciones. Si yo no vivo mis motivaciones entonces yo no existo. El sentido trascendente de esta vida es desarrollarme como persona individualmente, aunque se muriera el mundo que me rodea.
Jon: Suponiendo entonces que mi yo personal está cubierto, llega el interpersonal.
Joaquina: El proceso más inquieto del mundo es la relación entre yo y el otro. Hay tres relaciones interpersonales: Relaciones de familia. Relaciones de pareja. Y relaciones sociales
Jon: Conociéndote, las más importantes serán las relaciones de familia, tanto los padres con los hijos como los hijos con los padres.
Joaquina: Las relaciones de familia significan una sola cosa: la unión de dos materias diferentes en una sola cosa. El niño necesita tener 50% de un padre y 50% del otro. Necesita tener y lo tiene. En el momento en que un niño siente que una parte de lo que él es se siente rechazada por la otra parte, esa parte la esconde. Y es aquí donde se genera la sombra de la familia. Lo que hacemos es formularnos dependiendo de lo que sentimos. Cuando un niño formula una receta que no es la adecuada, formula su enfermedad familiar: me siento rechazado. Entonces hay una parte de mi que anulo.
Jon: Según lo que has dicho antes, deduzco que una conformación familiar tiene 3 elementos: El conocimiento del padre y de la madre. La aceptación del padre y de la madre. Y la motivación del padre y de la madre.
Joaquina: Imagínate lo complicada que es una relación familiar. El niño es el yo de su padre y el yo de su madre. Y luego vive la unión de los dos. Si el niño hiciese la abstracción y mirase a sus padres por separado no tendría problema. Lo que los niños ven son los conflictos de la combustión de estas dos cosas juntas. Lo importante es que el niño vea a sus padres como dos entes independientes. Cuando el niño mira a sus padres, ve a ella rechazándole a él y él rechazándole a ella, aunque se lleven estupendamente. El niño se da cuenta de que se produce un acoplamiento. De que papa cambia cosas. Y mama cambia cosas. Cuando se provocan estas combustiones, el niño va perdiendo el contacto de “quién es” y empieza a plantearse “quién quiere ser”. El “quién quiere ser” viene determinado por las relaciones entre ambos.
Jon: ¿Cómo ocurre exactamente?
Joaquina: Si yo soy como él y escucho a mama decir que eso no lo acepta, lo que hago es romper mi personalidad, convirtiéndome en alguien difuso que no muestra quien soy. Esto se guarda en la sombra. No quiere decir que no lo tenga, sino que lo guarda dentro y muestra lo que el otro está esperando. El niño convierte en sombra parte del padre, parte de la madre y parte de la relación de ellos dos. Sale a la calle limitado por el “no me siento aceptado”.
Jon: ¿Cómo se resuelve una relación familiar con un hijo?
Joaquina: Mirando la luz del padre y la luz de la madre. Un niño es feliz cuando el padre y la madre le miran desde la luz de ellos, no desde su sombra. Se trata de hacer un trabajo para identificar quién eres en positivo y mostrar esa referencia a tus hijos.
Jon: De esta manera, aseguro al niño que si manifiesta A o B no le va a pasar nada.
Joaquina: Cuando tú te miras desde la luz no estás escondiendo tu sombra. Estás mirando tu luz, la sombra no existe. Cuando tú tienes una sombra escondida no estás mirando tu luz. El niño oculta lo que es. Si tú pones el foco en trabajarte todos los días tus fortalezas, el niño va a identificarse con ello. Si yo me fijo en mi fortaleza, mi debilidad se va superando. Se trata de ver lo que se tiene en positivo y aquello que se tiene que trabajar. Siempre que se conecta con lo positivo se sabe decir que si y que no. Cuando yo quiero hacer un plan de familia, tengo que centrarme en aquello que da la paz a las dos personas.
Jon: Me doy cuenta de que, en la actualidad, en la general, hemos pasado de una familia autocrática, de unos padres autoritarios y represivos, a unos padres totalmente laxos, en aras de superar lo anterior. No es bueno ser totalmente laxo ni totalmente autoritario. Cuando los padres eran autocráticos había una sobredimensión de la responsabilidad y de lo que había que hacer. Cuando los padres son flojos, hay una falta de dimensión sobre lo que hay que hacer.
Joaquina: Para hacer un trabajo de inteligencia emocional con tu hijo debes sentarte con él o ella y ver si se conoce, si se ha aceptado, y qué motivaciones tiene. Si tú le preguntas al niño “¿para qué ha venido al mundo?” y no sabe contestar, es porque tú no le has dado significados. Si tú no le has dado significados al niño es que escondes el significado de por qué estás aquí. Y uno no puede ser feliz si no sabe que ha venido a algo concreto. Necesita la concreción de “para qué” ha venido aquí.