Estamos sentados en un cómodo sofá en el salón de la casa de Joaquina. Me invitó a cenar y después a ver en la televisión un debate de los que se han puesto de moda. Políticos, periodistas, intelectuales… ¿comunicando? Eso es debatible.
Joaquina: La importancia de la comunicación radica en la capacidad de escuchar y hablar lo que cada uno piensa con el fin de conseguir intercambiar ideas que aporten sabia nueva a la relación interpersonal, profesional o cotidiana de los participantes. La habilidad que poseemos para expresar lo que realmente queremos en el tiempo y medio adecuado es importante para desarrollar una mejor relación con el entorno.
Jon: Ya sé que no te gusta cuando soy irónico, pero lo que estamos viendo aquí…
Joaquina: Una falta de fluidez para pedir algo, acaba generando malestar y a veces una baja autoestima de difícil resolución. Y esta situación se agrava cada vez que se repite la dificultad. Si te fijas, todos buscan obtener resultados.
Jon: Yo lo que veo es una falta total de asertividad. Defino esta como la capacidad de autoafirmar nuestra idea, sentimiento o nuestra ética frente a los demás sin agredir ni ser agredidos, aumentando nuestra capacidad de transmitir opiniones desde la claridad, concreción, con fuerza y flexibilidad llegando al fin que queremos sin pasar por encima de los demás. Es decir, nada de lo que estamos viendo en la televisión.
Joaquina: El principio de la asertividad está en conseguir lo que se desea sin dañar el interés de los otros. La asertividad que construye, donde los datos quedan al aire y hay transparencia, es un medio de persuasión; la que destruye es manipulación y no queda nada claro.
Jon: Sí, como en la película de Wall Street. Michael Douglas es como estos, descalificador, destructor, nada asertivo. Tira abajo lo que no le gusta para conseguir lo que quiere
Joaquina: Para ser asertivo hay que ser consciente de tu individualidad y de los derechos de los demás. La asertividad es, por encima de todo, un medio de ser eficiente, resolviendo cualquier conflicto ante los demás, y consiguiendo resultados altamente positivos para todos. Es ser claro, concreto Y preciso, con amabilidad y fuerza para llegar al fin que se quiere. Con ello lo que se obtiene es más seguridad en uno mismo, resultados positivos y respeto a los derechos de los otros.
Jon: Vaya, es la que te hace encontrar un punto de luz para caminar sobre la comunicación.
Joaquina: Se puede ser íntegro siendo asertivo, pero no se tiene por qué ser asertivo siendo íntegro. Asertividad es la capacidad de transmitir lo que se es y lo que se piensa. Ser íntegro y aprender asertividad es todo un éxito. Ser no íntegro y querer ser asertivo es imposible. Un asertivo nunca compite y jamás dice lo obvio, nunca plantea un estado de discusión, sino de clarificación. En la asertividad es muy importante la autoafirmación, ya que está en uno mismo, y si eres asertivo nadie podrá quitarle tu idea.
Jon: Aquí si que me viene a la cabeza la escena de la película “Adivina quién viene esta noche” donde Sidney Poitier es totalmente asertivo en la conversación que mantiene con los padres de su prometida. Expone claramente lo que piensa y se posiciona con fuerza y seguridad con sus argumentos. Brillante diálogo.
Joaquina: Así es, Sidney Poitier tiene todas las cualidades de una persona asertiva: Activa, directa, clara y oportuna. Se comunica en el nivel verbal, emocional y simbólico. Acepta a las personas. Tiene autoridad, pero no abusa de ella. Defiende lo que desea respetando a los demás. Es responsable de si mismo, no de los otros. Y por último, sabe que se merece el respeto, no el afecto.
Jon: ¿Y ese último punto?
Joaquina: Una persona asertiva no puede buscar ser amada pues cambiará para ganarse el amor de los demás. A los asertivos solo los quieren una pequeña minoría, tienen ganado el respeto de los demás, pero no el cariño.
Jon: Entiendo como te sientes a veces. Yo quiero ser asertivo, ¿qué tengo que hacer?
Joaquina: Lo primero, escuchar al otro. Escuchar lo que dice, pero son que medie tu intención. Para eso debes aislarte de tus puntos de vista o tus circunstancias hasta que la persona termine con lo que va a decir.
Jon: Bien, ¿ahora ya puedo hablar yo?
Joaquina: Sí, pero debes decir exactamente lo que piensas. Expresar tus pensamientos sin pedir disculpas. Sobre todo, evita gritar lo que deseas ya que indicaría inseguridad. Cuando hables, define la acción a realizar. Indica clara y directamente qué acción deseas. Así no habrá problemas con la interpretación de los resultados. Y, como te conozco, no bromees ni insistas sobre ello.
Jon: ¿Cuándo sabré si es el momento adecuado para ser asertivo?
Joaquina: No puedes saber si estás en el momento adecuado, con el oyente apropiado, o de la forma apropiada, si realmente no miras a quien te rodea. La asertividad es el segundo elemento para conseguir tener una conversación lucrativa y llena de éxitos. El primero es escuchar, el segundo es ser asertivo, decir lo que quieres en el tiempo y la forma adecuada. Eso es lo que hace crecer las relaciones interpersonales. No vale de nada generar un malestar en el otro o crear un estado de fricción. De lo que se trata es de que ambos estéis en el mismo bando y los dos os tenéis que lucrar. Así, en la asertividad se trata de que las dos partes ganéis y ninguna pierda. Un ser asertivo consigue crear en el otro una conciencia de progreso y éxito que le llevará a valorar la asertividad, la capacidad de trabajo y su función en esta vida.
Jon: Me imagino que todo esto está tiene una técnica y está regido por unas reglas.
Joaquina: Comprendida la idea, las técnicas son muy sencillas:
Persistencia: Repetir lo que se desea una y otra vez sin levantar la voz ni enfadarse. Obviar los intentos de derivar la cuestión.
Transparencia de datos: Comunicar los datos relativos a la cuestión abiertamente. Clarificar aspectos que no nos parezcan relevantes.
Automostrarse: Comentar datos que nos hayan ocurrido a nosotros mismos. Mostrar sentimientos cuando la situación lo requiera.
Indefensión / Aceptar errores propios: No adoptar posturas defensivas ante la llamada de atención del interlocutor. El planteamiento no es de defensa sino de aportar datos. No se puede hablar asertivamente de aquello que se tiene que superar, pues todos tenemos un talón de Aquiles donde nos sentimos vulnerables y atacados. El sentirse atacado es darle la razón al interlocutor, y eso significa que hay algo que aprender. Lo que se aprende se integra y no hay que hablar de ello.
Despersonalización: No poner resistencia ante las críticas de los otros comunicando con la verdad o con la posibilidad. Si no se aceptan las críticas no se puede volver a criticar a nadie. Ofrecer resistencia a las críticas es dar la razón. No responder en los términos poco respetuosos si existieran. No considerar que la molestia del interlocutor tenga que ver contigo.
Compromisos / Metas nobles: La meta noble es asumir la responsabilidad de viabilidad de lo que se desea como resultado. Si lo que se plantea no tiene esa viabilidad, no es asertivo. Es importante ponerse un 1% de metas.
Jon: También hay reglas…
Joaquina: Tener algo que decir. Capacidad de síntesis. Generosidad. No – competitividad. Valoración de ambas partes. Las dos deben beneficiarse del resultado. Diálogo constructivo y dinámico. Nunca tenso ni crispado. Respeto y escucha. Por último, desapego a los resultados.
Jon: Tener algo que decir es tener algo dentro.
Joaquina: Aprende de lo que hablas y habla de lo que vives. La asertividad no mueve sentimientos, mueve realidades.
Los afortunados que hemos asistido a una clase o una conferencia de Joaquina, tenemos un magnífico ejemplo de alguien asertivo. Para los que no, os invito a ver el alegato final de Gary Cooper en la película “El Manantial” de King Vidor.