98 La última diosa: Afrodita

Jon: Has dejado para el final a la sensual Afrodita. Representante de la belleza, la amante, el amor sensual. Como símbolo puede representar la bisexualidad, la atracción erótica hacia los dos sexos; o la androginia, la existencia en una misma persona de cualidades y capacidades tradicionalmente consideradas como masculinas o femeninas.

Joaquina: Una amante arquetípica se siente atractiva y sensual. Cualquier mujer que se enamora de alguien que, a su vez, está enamorado de ella, es en ese momento una personificación del arquetipo de Afrodita. Existen dos vías para entrar en la conciencia de Afrodita: La primera, lo sexual instintivo, que no tiene nada que ver con amar al hombre que excita a una mujer. Es una sexualidad alejada de la lo emocional. Después de la primera vez, puede ser atraída hacia el contacto sexual para repetir la experiencia, una vez que su cuerpo está despierto y su atención se dirige eróticamente hacia el hombre.  Quiere entonces fundirse con él, ser transportada por la pasión hacia la liberación del orgasmo. La segunda vía a través de la que este arquetipo cobra vida es una relación. El aumento de la confianza y del amor, junto con la reducción paulatina de la inhibición, precede a la evocación o “nacimiento” de Afrodita.

Jon: mi sensación es que una mujer Afrodita es más reconocible por su atractivo que exclusivamente por su apariencia. Tiene carisma, magnetismo o electricidad. ¿Y en relación con el trabajo?

Joaquina: Habitualmente no se centra en objetivos profesionales a largo plazo o en una carrera. Es capaz de sumergirse en un trabajo universitario sólo si le llega a fascinar el tema, lo que ocurre con más frecuencia en un campo creativo que implique interacciones con otras personas.  El trabajo que no implica emocionalmente a una mujer Afrodita no le interesa. En sus relaciones con otras mujeres, cuanto menos consciente es o menos se responsabiliza del efecto que produce en los hombres, más puede ser un elemento perturbador.

Jon: Me imagino que estimula los celos, los sentimientos de inadecuación y el miedo a la pérdida en muchas de las mujeres.

Joaquina: Así es, pero no es crítica o juzgadora. Con frecuencia infunde un sentimiento de ser especial que puede proporcionarle confianza y ayudarle a desarrollar sus capacidades y talentos. Envejecen con gracia y vitalidad. Su interés por los demás o su compromiso con un trabajo creativo sigue siendo la parte más importante de sus vidas. Por ser jóvenes de corazón atraen a los demás hacia sí y tienen amigos de todas las edades.

Jon: ¿Alguna desventaja?

Joaquina: Una gran desventaja que ofrece este arquetipo es que puede actuar como si sus acciones no produjeran consecuencias. Hace planes con entusiasmo y con la intención de llevarlos a cabo. Pero cuando llega el momento, puede hallarse absorbida en cualquier otra cosa o persona. Repite pautas de comportamiento que la producen dolor hasta que aprende a resistirse a la tiranía del aquí y ahora, que ha estado gobernado su vida como si no existiera el mañana.

Jon: Volviendo al tema de su relación con los hombres, mitológicamente tuvo varios amantes, especialmente Ares.

Joaquina: Los hombres pueden convertirse en víctimas. Ella puede atravesar una serie de intensas aventuras amorosas, arrastrada cada vez por la magia de estar enamorada. Para acabar con este comportamiento, debe aprender a amar a alguien con todas sus imperfecciones. El poder de la diosa de hacer amar a los demás podía ser destructivo. Ella era completamente consciente de que el amor podía causar sufrimiento. Liberarse de la maldición de Afrodita es difícil. Para cambiar, la mujer tiene que ver la destructividad de su apego emocional y querer que la relación se acabe. Supone un tremendo esfuerzo evitar la tentación de verle y volverse a comprometer con él. Pero tiene que hacerlo antes de poder dirigir sus emociones hacia cualquier otro lado.

Jon: ¿Cómo?

Joaquina: Para evolucionar les ayuda saber que es su naturaleza “dada por la diosa” el enamorarse fácilmente, sentir atracción erótica y poseer un fuerte impulso sexual que otras muchas mujeres no tienen. Saber esto les ayuda a liberarse de la culpabilidad de ser quienes son. Cuando una mujer Afrodita se vuelve consciente de su patrón de comportamiento y decide modificarlo, de manera que ella misma o las personas a las que quiere no queden heridas, se produce un cambio fundamental. Le es posible, a partir de ese momento, tomar decisiones y prever y modificar las consecuencias, una vez puede averiguar cuáles son sus prioridades y ponerlas en práctica.

Jon: Si sus necesidades son, la experiencia sensual o sensorial, la necesidad de sentirse atractiva y sensual, y estar centrada en el aquí y el ahora, ¿cómo es su superación?

Joaquina: Cuidar de sus intereses mentales, emocionales y físicos antes de comprometerse con otros. Comunicarse con su poder sin dejar de ser compasiva con los que la rodean. Asimilar las experiencias y poner distancia emocional a la hora de manifestarse. Reconocer su fuerte atractivo y liberarse de la culpabilidad de ser quien es. La muerte de Afrodita está en el exceso de coquetería.

Jon: La ultima diosa es, en realidad una transformación de esta: Afrodita Alquímica. Una calificación adecuada para el poder de transformación que ella, por sí sola, poseía  y simboliza el poder transformador y creativo del amor. Se parecía Artemisa, Atenea y Hestia en hacer lo que le placía, se parecía Hera, Deméter o Perséfone en estar vinculada a deidades masculinas.

Joaquina: Afrodita busca consumar relaciones y generar nueva vida. Este arquetipo puede expresarse a través de la relación física o a través de un proceso creativo; los demás no pueden apartarla de su meta. Cualquier persona o cualquier cosa que sea impregnada de belleza por Afrodita es irresistible. Aunque este ímpetu puede ser puramente sexual, el empuje suele ser más profundo y representa un impulso psicológico y espiritual. El término coito está relacionado con comunicación o comunión; consumación sugiere una incitación a la realización o perfección; unión es fundirse juntos como una misma persona, y conocer es entender realmente al otro. El deseo de conocer y de ser conocido es lo que produce Afrodita. Si este deseo conduce a la intimidad física, de ella puede seguirse la fecundación y una nueva vida. Si la unión es también de mente, corazón y/o espíritu, se crea un nuevo crecimiento en las esferas psicológicas, emocional o espiritual. Allí donde se genere crecimiento, se apoye una visión, se desarrolle el potencial, se aliente una chispa de creatividad, allí está Afrodita influyendo en las personas involucradas.

Jon: Me parece que la conciencia de Afrodita se centra más y es más intensa que la conciencia difusa de las diosas vulnerables. Pero es una conciencia más receptiva y atenta al objeto de su atención que la conciencia centrada de las diosas vírgenes.

Joaquina: La conciencia de Afrodita es interactiva y receptiva que facilita el cambio y el crecimiento. Como corresponde a Afrodita, que poseía la invulnerabilidad de una diosa virgen y la implicación de una diosa vulnerable, la conciencia de Afrodita tiene ambas cualidades. La conciencia de Afrodita está presente en todo trabajo creativo, incluyendo el que se hace en soledad. Allí donde la conciencia de Afrodita está presente, se genera energía: los amantes irradian bienestar y fuerza acrecentada; la conversación se hace viva, estimulando los pensamientos y los sentimientos. Cuando dos personas se encuentran de verdad, ambas reciben energía del encuentro y siente más vitalidad de la que tenían previamente. Las mujeres, al igual que los hombres, necesitan imaginar que su sueño es posible, y tener a otra persona que les considere a ellas y considere su sueño con la conciencia de Afrodita potenciadora del crecimiento.

Jon: En la Europa medieval, la alquimia era un proceso físico en el que se mezclaban sustancia en un intento de transformar metales inferiores en oro, así como una tentativa psicológica y esotérica de transformar la personalidad del alquimista.

Joaquina: Nosotros experimentamos la alquimia de Afrodita cuando nos sentimos atraídos por otra persona y nos enamoramos; la sentimos cuando somos tocados por el poder de la transformación y de la creatividad; la conocemos cuando apreciamos la capacidad que tenemos de embellecer y dar valor a aquello sobre lo que ponemos nuestra atención, porque está impregnado de nuestro amor. Cualquier cosa que sea ordinaria y no desarrollada, es la sustancia «inferior» de la vida cotidiana, que puede convertirse en “oro» mediante la influencia alquímica y creativa de Afrodita.

Jon: Lo mismo que la estatua de Galatea, que fue convertida en una mujer viva y real gracia al amor.

Joaquina: La superación de Afrodita alquímica pasa por el desapego a los sentimientos, aceptar el crecimiento espiritual como meta, aceptar los tiempos de soledad, desapegarse de lo exterior a ella, profundizar en los sentimientos evitando la superficialidad, y confiar en el amor como el medio de entrega a un nuevo ciclo. Su muerte es la anulación del sentimiento de entrega.

1 comentario en “98 La última diosa: Afrodita

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