56 Pareja y yo personal

El hotel Excélsior, en la ciudad de la luz, es el lugar perfecto para charlar mientras desayunamos. Quizá es porque estamos a principios de febrero, pero el tema de la pareja está siendo muy recurrente en este viaje.

Joaquina: Tenemos tres áreas indicativas de que la pareja puede funcionar: Cómo me llevo conmigo, cómo me llevo con los demás que no son mi pareja…

Jon: Y cómo me llevo con mi pareja.

Joaquina: Así es, pero Si no funciono en el yo, no voy a funcionar nunca en las relaciones. Si yo no me amo, cuando me encuentre con los demás empezaré a proyectar en los demás mi desacuerdo conmigo. Y cuando encuentre una pareja buscaré que ella complete lo que yo no tengo. Después de verme a mí y considerarme una persona plena, cuando me encuentre con grupos aceptaré la diversidad de los demás y tendré en cuenta que esa diversidad me está sumando. Así mi estado pleno convivirá con estados plenos. Pero cuando me encuentro en un estado de desamor conmigo, en el momento que me junto con los demás, lo que hago es empezar a criticar. Y entonces me doy cuenta de que lo que estoy buscando es a alguien que pueda tapar mis dificultades.

Jon: ¿Cómo podemos trabajar el yo personal?

Joaquina: Existen cuatro niveles que debemos saber sobre nuestro yo personal: Valores, creencias, motivación y compromiso.

Jon: Perdona que no hable mucho, pero estos bollitos están riquísimos. ¿Valores?

Joaquina: Sí, representan la confianza personal. Van a tener que ver con nuestra autoridad en la relación. Si tenemos un problema con nuestra autoridad personal, cuando nos encontramos con una persona no vamos a ser alguien que se relaciona de igual a igual y vamos a empezar a tener el primer problema.

Jon: Luego has mencionado creencias y motivación.

Joaquina: Las creencias son las que van a permitirnos aceptar totalmente a la otra persona. Esas creencias que tienes van a generar empatía. Porque si tu creencia es fortalecedora tendrás empatía con las demás personas. Si no tienes una creencia fortalecedora, no habrá empatía hacia los demás y por lo tanto no tendrás la capacidad de ser auténticos en la relación. La motivación es el resultado de tener valores y creencias sobre nosotros. Debes contar con una motivación que sea propositiva. Que tiene que ver con tu propósito vital. Y esta motivación propositiva va a ser el estímulo absoluto para que vivas con la conciencia de la relación.

Jon: ¿Qué ocurre cuando yo no tengo una conciencia propositiva o mi propósito va en dirección contraria al de mi pareja?

Joaquina: La conciencia de mi propósito respeta la conciencia de propósito de los demás. Cuando yo no tengo una conciencia propositiva lo que hago es invadir el propósito del otro. O querer que el otro tenga mi mismo propósito. Se establece una competición con el propósito de mi pareja. Si yo tengo mi conciencia propositiva y tengo conciencia de esa motivación me voy a dar cuenta de que el otro tiene una conciencia propositiva totalmente diferente a la mía y que lo que podemos hacer es sumar ambas. Sumar motivaciones, no restar. Su motivación y mi motivación coinciden a ratos y a ratos no, pero cada una tiene un propósito firme.

Jon: Queda, quizá, el talón de Aquiles de muchas relaciones: el compromiso

Joaquina: El compromiso se va a producir cuando tengo conciencia propositiva y motivada. Tengo la seguridad de que voy a poder liderar mi vida esté donde esté. Donde estemos claudicando en este camino es donde vamos a fallar cuando tengamos a una persona. Si no tengo confianza, no voy a tener autoridad. Si no tengo una creencia fortalecedora no voy a ser auténtico. Si lo que me sucede es que no tengo una motivación mía propositiva voy a fallar en mi conciencia. Voy a caer en la desmotivación, en el aburrimiento ya que no voy hacia ningún sitio.

Jon: Pero a veces dejamos nuestro propósito en aras de sumar al de nuestra pareja, o porque tenemos miedo de que la diferencia nos acabe separando y la perdamos para siempre.

Joaquina: En una relación de pareja se produce una conciencia de compartir. Los propósitos de los dos son estupendos. No es que yo dejo mi propósito en el ánimo del propósito del otro. Sino que los propósitos están sumando. Sólo el compromiso profundo con mis valores, con mis creencias y con mi motivación me puede llevar a tener seguridad y a liderar mi vida. Si yo no soy una persona comprometida no hay posibilidad de que pueda ser segura.

Jon: Y si yo fallo, ¿se puede mantener la relación con la fuerza del otro?

Joaquina: En el momento en que yo fallo, la relación va a caer por su peso. A los 5 meses estaremos sufriendo. Antes incluso de los 6 meses que es cuando por lo general la relación empieza a dar un giro importante en una dirección u otra. Si este filtro del compromiso lo trabajamos vamos a tener una relación por encima de nuestra intención. Querremos echar a las personas de nuestro lado y no se van a ir. No hay nada más nutriente que estar con alguien que confía en sí mismo. No hay nada más fortalecedor que alguien que te tiene empatía y acepta tu diversidad. Tampoco hay nada más hermoso que estar con una persona que tiene una motivación y que además respeta su motivación independientemente de que a nosotros nos guste o no nos guste. Si hay algo que nos pueda atraer es una persona que lidera su vida. Esas personas siempre tienen a alguien cerca. Quieran o no, siempre hay alguien cerca de ellas.

Jon: Entonces, Para que la pareja funcione, la otra persona tiene que tener el cuadro de los cuatro elementos igual de perfecto que el mío y no tiene por qué coincidir. No tiene que ser el mismo tipo de persona, ni querer lo mismo, sólo nos tiene que querer a nosotros y nosotros quererla a esa persona y que queramos compartir la vida con ella.

Joaquina: Sí, lo demás es trabajo de uno consigo mismo. La vida sólo tiene sentido cuando somos capaces de experimentarla con total intensidad en nosotros mismos, ajenos a lo que nos rodea, sin abandonarnos en el otro, aunque entregándonos en cuerpo y alma a la experiencia amorosa. Quizá este matiz de entregarse sin perderse sea el más complicado en una relación de amor.

Bajamos por la via Leonida Bissolati hasta encontrarnos con la via de Quirinale. Enseguida entramos en la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane. Joaquina entra para sentir la energía Divina y conectar con Jesús. Yo admiro una de las obras maestras del Barroco, donde Borromini creó en un espacio mínimo, de una enorme complejidad coherente, hermoso y funcional, todo al mismo tiempo. Dos motivaciones distintas compartiendo un mismo fin.

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