Joaquina no es muy de animales (“Estando los seres humanos, ¿para qué voy a prestar atención a los animales?). Sin embargo observamos un gato atigrado. Su elegancia e increíble flexibilidad se transforma en un instante en pura firmeza, pura fuerza.
Jon: Me imagino que ya estás trasladando lo que hace el gato a algún aprendizaje humano.
Joaquina: Firmeza y flexibilidad hablan de tolerancia, tener un grado correcto y equilibrado de tolerancia para poder vivir de acuerdo con nuestros deseos e intenciones. Equilibrio entre ambas, saber medirla en consonancia con lo que queremos vivir. Tolerancia como la capacidad de aceptación y adaptación de las situaciones que están fuera de nosotros y no podemos manejar. Yo soy firme en relación a algo que yo creo y soy flexible en relación a algo que cree otro, aquí hablaríamos de tolerancia.
Jon: Ya me parecía que lo de mirar al gato no era puro entretenimiento… Locke decía en una carta que las leyes tanto en los gobiernos como en las religiones eran un foco de total intolerancia y planteó que ésta, o lo que es igual nuestra rigidez para plantearnos nuestros si o no, partía de ideales que no éramos capaces de compartir con los demás.
Joaquina: Lo que nos plantea es que realmente la falta de firmeza o flexibilidad, o la dificultad para decir si o no, tiene su origen claro y determinante en que las personas ante unos ideales no aceptan otros que no sean los suyos, y planteaba que las religiones y los estados de poder fácticos eran los que imponían ese grado de intolerancia y que había que cuestionarse esos poderes.
Jon: Sí, pero pasando primero por discutir los ideales dentro de nosotros. Por lo tanto el primer punto imprescindible es plantearnos que el principio de decisión primera antes de que haya una discusión exterior es poder comprobar que nuestros ideales son reales.
Joaquina: Yo me planteo la firmeza y la flexibilidad como la capacidad de poder decir sí y no, es decir, cuándo realmente la persona tiene que decir sí, y cuándo tiene que decir no. Tendríamos que decir no a todo aquello que rompe nuestros ideales.
Jon: ¿A qué te refieres concretamente con ideales?
Joaquina: Los ideales son los valores aprendidos por la persona para su desarrollo y crecimiento. Y los contra ideales cuando pones a la persona en medio para no ser abocado a lo que te han enseñado. Es lo que he aprendido que sé que no es bueno pero que lo hago como represalia.
Jon: Entonces valores y contra valores se pelean dentro, pero repercuten fuera, en nuestras relaciones…
Joaquina: Imagínate que uno de tus padres te ha enseñado a cuidar mucho el dinero, y el otro a gastarlo. Y resulta que a ti te es mucho más cómodo gastarlo que guardarlo. Conoces a una persona, a la que su padre le ha enseñado severísimamente que el dinero hay que organizarlo muy bien, y hacéis pareja. Los primero meses serán únicos porque no se atreverá a decirte que no gastes dinero porque os lo pasáis muy bien, y que es en el fondo lo que le apetece pero no se lo permite, y piensa que ya cambiarás. Entonces os casáis y empezáis a caminar y empieza a decirte que tienes que gastar menos, y tú le dices que lo vas a intentar, pero sigues gastando y gastando. ¿En quién se va a convertir? En el padre que te decía que no podías gastar y en la sensación que tenías de mi madre que no la dejaba y entonces se convierte en el enemigo que no me deja vivir, que no me da libertades…. Terminando amargándonos la vida.
Jon: ¿Y entonces no se puede cambiar?. Porque Locke también decía que traemos una información interna que no puede corregirnos nadie de fuera, solo la puede corregir el aprendizaje personal.
Joaquina: En las relaciones siempre va a existir el ideal y el contra ideal son dos cosas que en el otro no puede tocar ni cambiar, batallando jamás, consensuando si. Piensa cuál es el contra ideal que tienes en tu vida, aquello que no puedes dejar de hacer pero que sabes que te hace daño y que va contra ti.
Jon: Tú siempre dando puntada con hilo.
Joaquina: Nunca luches por lo que no se puede cambiar. Los ideales de una persona y los contra ideales nunca lo vas a cambiar tu, los tiene que cambiar la persona y solo desde la tolerancia. Es importante saber qué hay detrás del ideal hay un deseo de libertad profundo. Cuanto más rígida sea una madre, más disoluto se puede convertir su hijo. Cuanta más pureza haya en la casa, más perversión puede aparecer. Cuanto más haya de algo más puede haber del otro lado.
Jon: Sí, puedo pensar en parejas donde he estado luchando para cambiar algo y cada día ha ido a peor.
Joaquina: Es la causa de que el 50% de parejas se rompan, por estar luchando por un cambio que no se va a producir nunca , ya que el otro tiene toda la información de su familia. Sería muy bueno que en las relaciones empezásemos diciendo: esto es aquello que te pido, por favor no te metas con ello. Por ejemplo, y hablando en genérico, el contra ideal de la persona femenina es que cree que no puede tener el poder. Por mucho que le digas a una mujer “no te sometas”, tiene un contra ideal que es: “si ejerzo mi poder me deja de querer”.
Jon: Entonces, ¿los contra ideales tienen que ver con las cosas que hacemos?
Joaquina: Los contra ideales o contra valores no tienen nada que ver con hacer cosas, sino con ser cosas. Poe ejemplo: Si piensas que ser feliz es incompatible con trabajar, te tendrás que plantear que nunca lo has hecho: ser feliz trabajando. Ahora va llegando la felicidad, y la destruyes la tuya y la de al lado. Si eso es lo que haces no es una creencia, es un contra valor.
Jon: ¿Cómo lo notas?
Joaquina: Porque llega lo contrario y lo ves, y no vas hacia ello en ningún momento. Eres “no poder”, no es que creas que no tienes poder. Los ideales es: “yo soy”, las creencias es “yo creo que soy”, que es la gran diferencia. Las creencias se permutan y se transforman, los ideales no.
Jon: ¿Algún ejemplo?.
Joaquina: Un ludópata puedes hacer lo que quieras no va a dejar de ser ludópata porque cree que el juego es vida. Un alcohólico cree que el alcohol es él. Un hipocondriaco piensa que la enfermedad está con él, no es que crea que va a enfermar es que está enfermo. Si no conocemos nuestro interior en profundidad y no nos damos cuenta de qué subyace ahí, no avanzamos y forma parte de nuestro temperamento de nuestro ADN. Una y otra vez cometo el mismo error. Si lo trabajas como una creencia nunca lo vas a superar. Necesitas trabajarlo como un ideal que has adquirido para no avanzar en tu vida.
Jon: ¿Qué se necesita para trabajarlo?.
Joaquina: Lo primero que necesitas tener es voluntad y lo segundo es la capacidad de la tolerancia. La capacidad de decirte sí y no, es la capacidad de dar el paso hacia delante sabiendo hacia donde lo das. Para ello es imprescindible conocerte. “Yo no puedo ser delicado, porque si lo soy no existo”, es una persona que se va destruyendo a sí mismo. Pero le digas lo que le digas, si ese es su contra valor, lo va a seguir utilizando hasta que no entienda que lo está utilizando para no tener auto estima. Tenemos a alguien que nos da autoestima y alguien que nos la destruye y ese alguien está dentro y le hemos dado el poder de destruirnos y necesitamos encontrarlo, porque si no, no encontramos la forma de ser tolerantes fuera.
Jon: Creo que tengo varios contra ideales
Joaquina: Puede haber varios contra ideales pero no son verdad. Eso son creencias, el contra ideal es aquello que surge como una forma de separación de los demás y de ti mismo. El contra valor lo vas superando en la medida que vas entendiéndole pero no en la medida que lo estas contraviniendo.
Jon: Si lo voy entendiendo, todo lo que son ideales sea en positivo o negativo están fuera de la posibilidad de la conversación. Nunca podré hablar de ellos para luchar contra ellos, pero sí para enseñarlos, para participar. Siempre que luche contra el ideal de alguien estaré luchando contra su persona.
Joaquina: En el momento que te das cuentas de que tus ideales son el regente de las ideas, que son los que hacen que pienses de una manera concreta, te vas a dar cuenta de que éste es el área de poder hablar con el otro. Con mis ideales lo único que puedo hacer es compartir mis puntos de vista y que el otro haga lo que quiere con ellos. Los ideales son la vida, nos hacen radicales, estamos hablando de nosotros mismos, lo que es nuestro fundamento y si hablamos de ello en un terreno de opinión terminaremos creyendo que nuestra opinión es la verdad y lo único que vamos a conseguir es la guerra.
Jon: Tengo entonces que ser capaz de conocer mis ideales y mis contra ideales para entrar en el terreno del consenso y del aprendizaje. Así aprenderé donde decir no a cualquier persona que quiera tocar mis ideales. ¿Me puedes poner un ejemplo? Me encantan los ejemplos.
Joaquina: Imagínate que eres de una familia con 5 hijos, y eres el último. En casa no eres nadie, la condición económica es bastante baja, pero tienes una inteligencia bastante interesante y en un colegio de pago en Madrid te han dado una beca. En el colegio, los demás se dan cuenta de que no eres de su nivel y empiezan las risitas. De pronto piensas que tienes que vencer todo esto y empiezas a batallar y consigues que se te escuche, y ser el mejor, y batallas. Y consigues pensar que estás solo, que solo tienes que ser tú y que nadie te va a dar nada. Que la gente va a ir contra ti y que eres el único que puedes conseguir el mundo. Acabas tu carrera de económicas y vas al mundo de la empresa.
Jon: ¿Qué va a pasar?
Joaquina: Te va a creer el mejor, vas a luchar, vas a triunfar y cuando estés arriba pensarás que los de atrás van a hacer lo mismo que hacías tú. Pensarás: A mi lado hay otra persona que no ha pensado que tenga que luchar con nadie y yo que soy jefe superior a esta persona, que ha llegado con tranquilidad y serenidad, le dan el puesto debajo de mí. ¿Qué piensas que harás con esa persona que creo que le ha sido todo muy fácil y me va a quitar el puesto?: Destruirle. ¿Qué va a pensar la otra persona de mi? Que soy una trepa…etc.
Jon: Ninguno de los dos recordaremos que nos hemos hecho a nosotros mismos.
Joaquina: Cada vez que pensamos en una persona, es imprescindible que pensemos en su recorrido. No hay nadie malo en el mundo. Hay persona que han crecido de una manera que les ha llevado a un lugar que realmente no es productivo, ni para ellos ni para los demás. Si queremos cambiar el mundo no es tocando los ideales de los demás, es enseñando a compartir cosas diferentes. Respetar el camino de todo el mundo, porque todo el mundo ha llegado ahí por algo. Por una estructura que se formó de 0 a 12 años, y que no fue capaz de hacer de otra manera. Y esa manera es la que necesitamos que cambie desde que lo aprenda, no desde que lo consideremos ni malo ni equivocado.
Yo estoy dándole vueltas a todo esto mientras el gato, que parece que sí lo ha entendido, desaparece tras una tapia.