Hemos terminado de cenar y estamos en una terraza acompañados por la luna. No somos de tomar nada, pero si nos gusta charlar después de una buena cena, especialmente si el lugar es tranquilo.
Jon: La noche, unida siempre a los sueños, y éstos utilizados como metáfora de lo inalcanzable que queremos conseguir. Y con ellos los tópicos: vive tus sueños, no dejes que nadie te los quite… Eso puede ser ilusionante pero, ¿no crea frustración a largo plazo si no se consiguen?.
Joaquina: El conseguirlos no depende tanto del sueño en si, sino de una buena estrategia para conseguirlo.
Jon: De cómo tangibilizarlo y hacerlo real.
Joaquina: Es muy normal tener un sueño y buscar cosas externas que nos ayuden a conseguirlo.
Jon: Y falta la mitad del recorrido.
Joaquina: Así es. Hay que diferenciar entre el mundo externo y el mundo interno, y hacer las preguntas adecuadas a cada uno de estos mundos.
Jon: Preguntas como, ¿cuál es mi objetivo?, ¿qué quiero conseguir?…
Joaquina: Las preguntas son una vez que tienes el sueño claro. En el mundo exterior: ¿Qué es lo que me aporta?, ¿qué es lo que me amenaza?. Pero lo más importante son las preguntas para el mundo interior: ¿Qué es lo que soy yo?, ¿Qué es lo que me falta?.
Jon: ¿Y desde ahí se empiezan a tener respuestas?
Joaquina: Nosotros tenemos dos partes en nuestra vida: luz y oscuridad, fortalezas y debilidades. Las fortalezas son intrínsecas. Las oportunidades son externas. Todo lo que es oscuro tiene que ver con las debilidades nuestras y con las amenazas que existen fuera. La persona es un todo, y en ese todo muestra las dos partes. Aquello que se muestra como luz esconde sus limitaciones internas. Si tu eres consciente de que el mundo son luces y sombras permanentemente, tanto para aprender como para enseñar, te va a ser más fácil acceder a ello permanentemente.
Jon: Parece obvio pensar que tenemos cosas que funcionan bien y otras que no tanto.
Joaquina: Las personas tenemos algo que funciona muy bien y algo que no va a funcionar. El mundo de posibilidades y oportunidades siempre surgen desde la parte luminosa. Los miedos siempre surgen de la oscuridad.
Jon: Donde veo una dificultad es que los sueños más ilusionantes los tenemos de jóvenes, y es cuando nos conocemos menos y quizá tenemos más miedos. Según vamos cumpliendo años, nos vamos desencantando de la vida y de los sueños, y sin embargo conocemos mejor nuestras luces y sombras.
Joaquina: La persona cuando realmente es consciente de que puede desarrollarse es de 24 a 36 años. De 0 a 12 años no es consciente de tener oportunidades y fortalezas, sino que están fuera de él, son familiares. Y de 12 a 24 son de los amigos. Cuando realmente nos damos cuenta de que tenemos todo un mundo por recorrer es de 24 a 36 años. Anteriormente la culpa siempre está fuera.
Jon: Es decir, el momento en el que podemos determinar que nuestras fortalezas son nuestras, así como las debilidades.
Joaquina: De 36 a 48 años el hombre tiene su paradigma completo: cómo era su familia, cómo eran sus relaciones de joven…y ahí puede tomar unas medidas muy claras de transformación. El ser humano, cuando realmente hace una intervención profunda de cambio, es de 36 a 48 años. Es cuando suma la confianza y la seguridad.
Jon: ¿Cuál es la diferencia?
Joaquina: La confianza contesta al “qué”, y la seguridad al “para qué”. Por ejemplo, para hablar en público, la confianza nos la dar saber de qué vamos a hablar y la seguridad nos la dará comprender para qué vamos a hablar de eso.
Jon: Es decir el conocimiento nos da confianza y encontrarle un “para qué” le da utilidad.
Joaquina: Así es. Cuando te encuentres con alguien que te diga que tiene un problema de confianza y que no se atreve a expresarse, está hablando de falta de seguridad, y no de falta de confianza. La confianza se genera en el espacio de aprendizaje personal, de lo que yo aprendo por mi mismo. Y la seguridad: lo que yo soy capaz de expresar. Cuando yo le encuentro un sentido a lo que voy a decir. En el Autoconcepto está la confianza, en la transmisión está la seguridad. En lo intrapersonal está la confianza y en lo interpersonal está la seguridad.
Jon: Volviendo a los sueños, ¿esos sueños se sienten, o son más racionales?.
Joaquina: El hombre vive de hacer, sentir y pensar. En el sentir hay 3 partes: Las sensaciones: cuando la persona necesita tocar, oler…cuando los sentidos son los que la manejan. Las emociones: cuando la manejan las percepciones. Y por último los sentimientos: cuando piensa los sentimientos. Buda es un mensajero de pensar. Jesús es un mensajero de sentir. Mahoma es un mensajero de hacer.
Jon: Como siempre el punto importante es saber dónde estamos.
Joaquina: Sentir desbordados es sentir percepciones que tú no manejas. Sentir atrapados es que estás atrapado en los deseos. Las emociones son los placeres, y los sentimientos son los gozos.
Jon: ¿Diferencia?
Joaquina: El deseo es que quieres tener algo. El placer es que quieres disfrutar algo. Y el gozo es que quieres eternamente sentir algo.
Jon: ¿Está esto conectado a la sensaciones, emociones y sentimientos?
Joaquina: Las Sensaciones están conectadas a los sentidos. Las emociones están sujetas a percepciones, a cosa que no son reales. Y los sentimiento los puedes razonar, lo puedes justificar.
Jon: Entonces cuando una persona te dice que te ama, ¿desde dónde lo hace?
Joaquina: Si te justifica por qué te ama, está en el sentimiento. La diferencia importante es que los sentidos te atrapan, las emociones te desbordan y los sentimientos te construyen. Los hombres son más de sensaciones, las mujeres más de emociones y los dos pueden ser más de sentimientos.
Jon: Me imagino que todo esto es construir el andamiaje donde me subo para ver mi sueño. ¿No?.
Joaquina: Vamos a hacerlo más práctico. Pídele un papel y un bolígrafo al camarero.
Jon: ¿Por qué vamos a dibujar?.
Joaquina: Para pasar tus ideas a un plano más emocional. Vas a dibujar un cuadrado perspectivas. De lo que piensas y a dónde vas.
Jon: Dicen los conocedores del cerebro que cuando el hombre se imagina en un sitio, o llegando a un lugar, es mucho más capaz de lograrlo.
Joaquina: Ya tienes el papel. Divídelo en cuatro cuadrantes iguales. Volviendo a para qué dibujar, en el momento que te pones a dibujar hay una parte del cerebro a la que vas a acudir. Esa parte del cerebro es la parte diseñadora, la parte que te materializa los sueños. Hay personas que esa parte no la han tocado nunca. No saben dibujar, no saben vivir en el mundo de los sueños.
Jon: De ahí la importancia del pensamiento visual, el design thinking y esas formas que me encantan de exponer ideas.
Joaquina: Si, pero vamos con el ejercicio. En el cuadrante de arriba de la derecha es donde estás hoy, que eres hoy, como te ves hoy. El presente más fuerte que tengas en vuestra vida.
Jon: ¿Lo dibujo?.
Joaquina: Si, intenta no utilizar palabras, solo dibujos. El mundo emocional se descubre muy potentemente de 12 a 24 años. Abajo a la derecha es donde vas a dibujar cómo eras de 12 a 24 años. Como te sentías, como te vivías.
Jon: Vale.
Joaquina: Abajo a la izquierda: aquello que soñabas de 12 a 24 años, tu gran sueño. El sueño que nunca has tocado pero que sabes que tienes dentro la capacidad de hacerlo realidad. Las quimeras que hoy son realizables.
Jon: Voy a necesitar un poco más de tiempo para éste.
Joaquina: Arriba a la izquierda, cómo te ves dentro de 2 a 5 años.
Jon: Me ha encantado, gracias.
Joaquina: Se trata de que materialices un sueño que está dentro de ti y que no te lo estás apropiando. Lo importante es que veas donde queréis llegar, y qué tienes para conseguirlo.
Se acaba el viaje interno y externamente nos levantamos, pagamos la cuenta y después de agradecer el servicio caminamos haciendo ya planes para mañana, aunque en mi cabeza sigo impresionado por el dibujo del cuadrante superior izquierdo.