Me siento con cierta pesadez al lado de la mesa donde está comiendo Joaquina. Me he acercado en la moto para estar un rato con ella. Es final de marzo y la declaración del IVA acecha como cada trimestre.
Joaquina: ¿pasa algo?
Jon: Nada, el marrón de la declaración del IVA, que todavía no la he hecho.
Joaquina: ¿Y resoplas por tener que hacerla o por tener que pagar?.
Jon: ¿Tu que crees?.
Joaquina: Seguro que por las dos cosas. El dinero siempre nos revuelve un poco. O mejor dicho la carencia de dinero. Quizá tienes que plantearte cambiar a un trabajo donde te paguen más, o al que dediques menos tiempo. Hace poco vino a ver a una persona que quería cambiar radicalmente de trabajo, precisamente por dinero.
Jon: ¿Que le dijiste?.
Joaquina: Que la carencia económica casi siempre está provocando tiempo de dedicación al trabajo por encima del deseo, y lo que es muchísimo más importante no está donde quisiera. Son dos cosas que a plantearse. Si yo en este momento tengo una carencia económica, muy probablemente lo que voy hacer es hacer una elección profesional que no es la adecuada, pero no una elección profesional para sustituir el dinero que me falta, sino para sentir que trabajo y para sentir que estoy recuperando el dinero que me falta. Y eso lo que hace es que desvincula totalmente de tus valores reales. Valores por los que tú crees: que ese dinero tiene que venir por hacer lo que te gusta, y la creencia de que eres una persona que se merece trabajar en lo que te gusta.
Jon: ¿Y ese valor lo tenemos todos? .
Joaquina: Sí, ese valor lo tenemos los dos. Lo tienen tanto las personas que tienen carencia como las que no la tienen. El valor de que han venido a este mundo a trabajar en lo que les gusta y para hacer una realización personal lo tenemos metidos todos en nuestra vena.
Jon: ¿Por qué? .
Joaquina: Porque hemos tenido padres que no lo han hecho, o porque hemos tenido padres que lo han hecho. Si hemos tenido padres que no lo han hecho, nosotros hemos decidido que eso no lo queremos vivir. Y si hemos tenido padres que lo han hecho, nosotros hemos decido que queremos emularles. Pero cuando nuestros padres han trabajado como bestias, no han tenido tiempo para disfrutar, no nos han podido ver etc., en nuestra cabeza hemos fabricado de una manera o de otra un estímulo a tener libertad, a poder tener nuestro tiempo, a poder viajar, a vivir de una manera diferente. Eso es una realidad. Y cuando hemos tenido padres sobresalientes con respecto a que hacían lo que les gustaba, nosotros querríamos vivir esa misma situación. Así que independientemente a que si había dinero en la casa o no lo había, esa necesidad de trabajar en lo que a uno le gusta y esa necesidad de cubrir una experiencia personal positiva la llevamos todos dentro de la maleta.
Jon: Entonces, ¿es el propio dinero el que nos aleja de esto?.
Joaquina: Si, y cuando trabajamos por dinero nos aleja del tiempo también. Cuando trabajamos por ilusión, cuando empleamos el tiempo en lo que nos gusta, no pasa lo mismo.
Jon: ¿Y como se trabaja eso?
Joaquina: Lo primero que tienes que plantearte es que tienes cuotas económicas que tienen que estar cubiertas. Tienes una cuota para vivir y el valor que le pones a vivir no puedes cambiarlo. Tienes que pensar en el dinero que para ti representa la vida esencial, la más pequeña, la más normal, donde no hay ni un solo capricho, pero tienes que plantearte que ése es el dinero que necesitas.
Jon: Buff, ¿y puesto en cifras?
Joaquina: 1.000 euros es lo que una persona necesita para vivir sin nada más. Esa sería una cantidad para una persona sola. Cuando en pareja, tenemos que dividir y perdemos muchísimas posibilidades de sentirnos fuertes. No se trata de que tengo 1.000 por que uno trae 500€ y yo 500€. Se trata de que si somos dos son 2.000€, si somos 3 son 3.000€ y si somos cuatro 4.000€. Si hay niños se añade proporcionalmente entre 300 y 400€ por niño. Entonces esa es la cantidad mínima que deberíamos permitirnos todas las personas. Normalmente las personas para vivir no se sienten carentes.
Joaquina: Luego está el dinero para el prestigio o el ocio, cuando una persona no puede hacer el ocio que quiere siempre se siente carente. Para el prestigio lo mínimo son 600€ euros más, y a partir de ahí todo lo que se quiere. Una persona que tiene 1.000€ tiene que tener 1.600€, de cara a su prestigio, de cara a su realidad. Esos 600€ solo nos permiten salir a cenar una vez a la semana, tener una vez al mes el criterio de ir a un teatro más interesante, algún concierto que nos apasione, comprarnos una ropa en zara, no más. Darnos una vueltita en algún sitio igual hasta Toledo no más.
Jon: Proporcionalmente no está tan mal
Joaquina: Esto es para no sentirse carente, para que venga la idea y la disfrutes. Estoy poniendo valores, para mí 1.000€, para vivir nos existe, necesito mucho más poder vivir, pero podría vivir con mucho menos. A lo que me refiero es que yo no tenga en mi cabeza el sentimiento de no puedo hacer algo, esa es la cuestión. A partir de aquí tendrías que gestionar tu economía, no la economía te gestiona a tí. Yo gestiono la economía quiere decir que yo tengo la calidad y la cualidad para decir, esto lo ahorro, esto lo decido para una gran compra…, todo lo que yo quiero hacer.
Jon: ¿Cuánto se necesita en términos generales para no sentirte carente?
Joaquina: De 3.000 a 6.000 la persona no se siente carente. Yo con 3.000 a 6.000 me puedo sentir súper carente, hablo en general. Ahí empiezas a poder gestionar, empiezas a sentirte con capacidad de gestión. A partir de los 6.000 de forma ilimitada, la persona empieza a ser un gestor económico. Esa es una persona que realmente tiene la cualidad más importante: liderar su vida.
Jon: Lo de sentirse carente es incómodo, pero ¿es realmente tan grave?.
Joaquina: Bueno, dicen los estudios que un minuto de carencia son cientos de horas de incapacidad personal. Es decir, un minuto con carencia de desmotivación profunda de pensar no puedo, no valgo, no tengo nada en este momento, te lleva a un desequilibrio emocional importante del que se tardan muchas horas en salir. Es igual que si fueras en un coche, conduces muy bien, estás muy seguro y de pronto tienes un accidente. El cerebro ya ha quedado con el accidente y seguirás conduciendo, pero te irá recordando el accidente todo el tiempo, sobre todo si el accidente ha sido importante. Las crisis económicas son accidentes. Entonces cuando tienes ese sentimiento de carencia, sobre algo que para ti tiene un valor importante, de inmediato empiezas a sentir como una falta de capacitación, una falta de sentirte, y empieza a bajar tu autoestima: “no sé si lo voy a conseguir”, y va apareciendo de una manera absurda, porque va apareciendo de forma latente y nos hace de alguna manera tomar decisiones a veces alocadas. Decisiones de cambio profesional, decisiones de trabajo, decisiones que nos son las nuestras. Es muy triste que las personas no trabajemos en nuestra ilusión, y es muy triste que una persona no haga lo que le gusta, para mí muy triste.
Jon: Entonces, ¿qué sucede con esto?.
Joaquina: Que en realidad hemos entrado en la carencia y al entrar en la carencia lo que hemos decidido son alternativas de recuerdos negativos. Todas las personas que son empleadas necesitan seguridad. Se meten en un trabajo porque necesitan seguridad y la búsqueda de la seguridad siempre es sentirte carente. No hay ningún trabajo por cuenta ajena que cumpla las necesidades de una persona. Ni el director general de una compañía piensa que está bien pagado. Debido que en muchos casos ellos llevan la compañía y el dinero se lo lleva el otro, y esas cuestiones generan un estado de carencia. Es decir, yo acabo de hacerte la gran operación, tú te has ganado 100 millones, pero yo me llevo mi salario de todos los meses. De hecho yo trabajo con alta dirección y la alta dirección que trabaja en empresa, cuando tiene la posibilidad de que les vayan a despedir entra en crisis total, porque aunque ganen 30.000 euros se sienten carentes.
Jon: ¿Por qué?
Joaquina: Porque son personas que necesitan ser lideradas. Y nunca hay seguridad al estar empleado. Te pueden despedir en cualquier momento.
Jon: Entonces, ¿lo ideal es ser auto empleado?
Joaquina: El auto empleado lo que quiere es libertad. Libertad que nunca consigue, ni la va conseguir. Porque como es auto empleado lo que está haciendo constantemente es trabajar y trabajar, porque, si no trabaja, no hace nada. Si un abogado es un auto empleado busca la libertad, pero si no está trabajando no lo consigue. Entonces, esta libertad es muy relativa. Ahora bien, es cierto que tiene una libertad para hacer lo que él quiere, al menos en un primer momento. Luego lo que le va suceder es que va estar todo el tiempo pensando que igual le falla la clientela, o le falla algo, y va sentir la carencia que de verdad depende de los demás.
Jon: Vale, vamos mejor hacia ser empresario para vivir sin carencia.
Joaquina: Si, si hablamos de un empresario que tiene muchos empleados y que el negocio le permite tener ingresos pasivos. Pero lo importante es que el empresario lo que quiere es liderar su vida, quiere liderar sus decisiones, quiere ser el que se arruina o no se arruina, el que decide que hace la compañía o el que decide que no se hace. Tiene la capacidad de liderar, tiene la capacidad de tomar decisiones. Para ello, tienes que tener la mente muy limpia, tienes que tener la mente donde no existe la carencia, porque si tu mente tiene la carencia estás perdido.
Jon: Ya solo nos queda ser inversor
Joaquina: El inversor es una persona que no necesita libertad, que no necesita seguridad que lo que quiere son resultados, pero resultados que nunca surgen de su esfuerzo, sino que surgen de su intuición o de su inteligencia para invertir. Lo cual quiere decir que estos resultados siempre son pasivos, no son de trabajar. Lo importante es hacer lo que esté en nuestra condición. Si tu condición no es la seguridad pero vas a ella forzado por la carencia, empezarás a vivir una gran desmotivación y una pérdida de contacto con tu genialidad, con tu creatividad y con todo lo demás. Lo que sucede normalmente es que tenemos nuestra mente muy cerrada a opciones múltiples, tenemos nuestra mente muy cerrada a que existen muchas posibilidades para poder resolver esto.
Me levanto y me dirijo hacia el ordenador: www:agenciatributaria.es
(He decidido cancelar el homenaje a Joaquina que os estaba anunciando ya que sus hijas están organizando uno el día 1 en el hotel Intercontinental, y no me parecía correcto dividir. Gracias por los mensajes solidarios de apoyo.)
Muchas gracias Jon.. Como siempre magnífico… Siento lo del homenaje..
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Buenísimo Jon, un abrazo fuerte!
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Gracias¡¡¡ espero que todo vaya viento en popa¡¡
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Querido Jon
El homenaje a Joaquina, no lo concibo sin estar tu
Pero junto a ti, estaré siempre, aunque las circunstancias hagan que no te vea mucho
Besos
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Querida Pilar. Muchas gracias por tu fidelidad y buen hacer. Un abrazo enorme
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