Han pasado varios días desde el último curso y yo sigo con el run run del potencial, las cualidades y aquello transversal y sólido en mi vida. Así que aprovecho que Joaquina está sola en el despacho y me siento en una de las dos butacas granates que tiene de confidentes.
Jon: Me doy cuenta que siempre hay grados de deficiencia en todas las cualidades que podemos tener. Siempre somos un poco impacientes, intolerantes, perdemos el humor…
Joaquina: Las personas no somos perfectas. Yo en lo que creo es que cuando el ser humano pone sus ojos sobre algo maravilloso de si mismo, es capaz de cambiar el mundo. Pero cuando no pone su cabeza sobre algo importante de si mismo, las cualidades se acaban convirtiendo en: parecer que es. La inseguridad, la falta de creatividad, la indolencia… solo son actitudes, no es Ser.
Jon: Entonces cuando en los cursos hablas de la cualidad que una persona tiene, y además aseguras que todos tenemos una principal, ¿a qué te refieres?.
Joaquina: Cuando hablo de la gran cualidad que todos tenemos, está en el Ser. O nos planteamos movernos en el potencial, o el mundo se nos va. En la medida que seas capaz de mirar a una persona y ver su gran potencial, sus valores, su diamante, estarás mucho más dispuesto a que todas esas actitudes negativas no aparezcan en ti. No vas a ser agresivo con nadie cuando te das cuenta de que el otro tiene un potencial impresionante y lo está aprendiendo. Le dirás: “qué te pasa, qué necesitas en este momento, cómo podemos colaborar para cambiar esto.”
Jon: ¿Y el miedo al cambio?
Joaquina: Cuando nos da miedo el cambio, destruimos todas las ideas maravillosas y destruimos todo lo que aparece dentro de nosotros. Tú, como todos, tienes un potencial alucinante que no estás utilizando porque te estás escondiendo detrás de unas pocas actitudes negativas. Y te pido que no te escondas. Que esta noche vayas a tu casa, mires en esa caja interna que tienes, abras y pienses: “Aunque sea en un 5, hay algo que nadie me quita”. De esta forma podrás convertir ese 5 en un 10, en un 100 o en un 5.000. Esa es la diferencia.
Jon: Pero entonces, ¿no se trata de aceptar tanto lo positivo como llo negativo que llevamos dentro? Tendría que aceptar mi grado de responsabilidad por mi intolerancia, cobardía, etc. ¿No?
Joaquina: Cuando miras a las personas, ¿qué ves?.
Jon: ¿A qué te refieres?.
Joaquina: Pues a si les vas poniendo letreros: Gran deportista, gran cantante, gran pintor…
Jon: No.
Joaquina: Claro, las personas podrán tener muchas cosas, pero tu no sabes qué es lo que tienen o lo que no tienen. Que te parecería si yo te pusiera una fotografía delante de cada cara. Te pusiera un gran bailarín, o un gran matemático… entonces verías el potencial de esa persona. En el mundo estamos viviendo para una serie de personas que están practicando su potencial, y de pronto los adoramos, mientras que todos los demás pensamos que si hiciéramos lo mismo no llegaríamos a ningún sitio.
Jon: Yo no quiero ser Nadal, ni quiero ser nadie, yo lo que quiero es que mi raqueta de la vida funcione siempre. ¿Qué tengo que hacer para conseguir eso?
Joaquina: Tienes que hacer con tu personalidad lo que han hecho con Nadal: Le dijeron que era bueno y él ha trabajado y trabajado. Así que lo que tienes que hacer es ver en lo que eres bueno y trabajar y trabajar y trabajar, hasta convertirte en lo mejor del mundo en lo que eres bueno. Si somos gregarios del éxito, y solo hay unos pocos que lo pueden alcanzar, estaremos todo el tiempo sintiéndonos basura. Si solo hay unos pocos ricos, y no somos ricos todos. Si solo hay unos inteligentes y no somos inteligentes todos. Si hay gente capaz y nos sentimos incapaces, el mundo será siempre para cuatro. Y el mundo no es para cuatro. El mundo es para 7.600 millones de seres humanos.
Jon: Tengo una amiga, y creo que no está sola en esto, que cuando hablamos del tema del potencial me dice que no quiere pasarse toda la vida trabajando y que siempre que le hablo de su potencial lo oriento a la parte laboral. La verdad es que trabaja todo el día y parece echar de menos vivir. ¿Puede ser que muchos no veamos nuestro potencial por miedo a esto?.
Joaquina: Tu potencial, y el de tu amiga, tiene que ser en el trabajo, en la vida, cocinando, y en todo lo demás. Dedicamos más del 90% de nuestro tiempo a trabajar o a estudiar. Así que el 90% de nuestra felicidad debería estar ahí. Y cuando nos planteamos si el potencial lo debemos utilizar en el trabajo, la respuesta es una pregunta: ¿es inteligente dejar el potencial que te hace feliz fuera de cualquier aspecto de nuestra vida?.
Jon: El objetivo entonces es poner el potencial al servicio de nosotros mismos.
Joaquina: Si lo haces no trabajarás nunca, porque estar donde te gusta no es trabajar. Si decimos que nuestro potencial no lo tenemos que dedicar al trabajo y trabajamos 10 horas diarias, me pregunto: ¿qué nos está haciendo ser tan gregarios?. Las personas de éxito se dedican todo el día a lo que hacen bien. Y desde ahí son felices, ganan dinero, y hacen todo en su vida. Da igual si son cantantes, comunicadores o payasos.
Jon: ¿Cuántas horas trabajas?
Joaquina: Todas. Y ninguna. Y soy feliz las 24 horas del día con mi potencial. Yo quiero llevar las cualidades del profesional a la vida cotidiana. A personas que aman lo que hacen, todo el día.
Jon: Si, casi todos pensamos que el potencial es intermitente y lo ponemos y quitamos a ratos.
Joaquina: Así tenemos a un montón de gente que valora su potencial y llega donde quiere y los demás creen que si sacan su potencial entonces tendrían que trabajar mucho… Con el potencial no hay nada que hacer. El se encarga de todo y lo único que hay que hacer es disfrutar. Si no ves tu potencial, estarás atacando al mundo que te rodea, de una manera o de otra.
Se cuál es mi potencial, y también sé de sus intermitencias, y también de la pereza que llega con ellas, así que en realidad si sé la forma de ser feliz. ¿Por qué no la aplico siempre?. Pasan una llamada de teléfono a Joaquina y aprovecho para salir envuelto en mis pensamientos.