30 Comer y conversar

Es domingo y hemos acabado pronto de trabajar.

Joaquina: ¿Quieres venir a comer a casa?

Jon: Me encantará. ¿También cocinas?

Joaquina: Soy asturiana y he criado 4 hijos, ¿tu qué crees?

Jon: Yo me refería a si cocinabas bien, jajaja

Pasamos por el supermercado de El Corte Inglés para comprar algunas cosas. La velocidad de su toma de decisiones me impresiona y en 30 minutos estamos ya en la cocina dispuestos a empezar la faena.

 750 gramos de pescado blanco

250 gramos de cebolla

2 calabacines medianos

1 lata de kilo de tomate pelado

4 pomelos

20 gramos de aceite de girasol

Zumo de limón

Tomillo, sal marina y pimienta

Jon: ¿Te ayudo?

Joaquina: ¿Vas a querer comer algo?

Jon: ¡Claro!

Joaquina: Pues entonces di más bien: “Vamos a cocinar juntos” y no “te ayudo”.

Jon: Vale, pero te advierto que yo no soy de los hombres que se les enamora por el estómago.

Joaquina se mueve con la misma soltura dentro de la cocina que en la profundidad de nuestras almas. Movimientos rápidos y seguros, poca conversación pero divertida, en un ambiente de luz olores y buena energía.

 Voy lavando y cortando unas verduras para hacerlas al vapor. Mientras tanto Joaquina lava el pescado, lo seca con papel de cocina para después mojarlo con dos cucharadas de zumo de limón, dejándolo macerar 10 minutos.

Jon: ¿Qué estamos cocinando?

Joaquina: Pescado al pomelo.

Mientras yo intento hacer poco y observar mucho, Joaquina dora la cebolla cortada en rodajitas en el aceite y añade luego los calabacines cortados en daditos, dejándolo todo hasta que se haga. Al final sazona con el tomillo. Añade la lata de tomate (me comenta que también se puede preparar natural) con el jugo y el pescado, mas otra pizca de sal y pimienta.

 Deja cocer sin que hierva, a fuego lento durante 15 minutos y al final añade el pomelo en daditos, que yo he dejado bien limpio de pieles.

 En los ratos de espera hemos ido poniendo la mesa. El respeto por el continente es tan grande como el cuidado del contenido. Mantel, dos platos, cubiertos, servilletas… incluso un par de vasos, a pesar de que no tomamos agua durante las comidas.

 Comemos y conversamos.

 La palabra comer viene del latín “comedere” y el prefijo com- (con-) nos indica que no debamos comer solos.

 Con el mismo prefijo (con-) el diccionario etimológico nos dice que la palabra conversar viene del latín conversari y significa “vivir, dar vueltas en compañía”

 Joaquina: Hemos venido al mundo para estar con otras personas, para compartir. Solo así se aprende. Es muy cómodo vivir solo, sin embargo solo llegaremos a conocernos en profundidad cuando confrontados con un hermano saquemos lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Cuando aprendamos a dar y recibir, a tener empatía y a conquistar el maravilloso regalo de compartir.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s