23 Más allá de mi mismo

Joaquina: La faltad de amor a nosotros mismos es un ejercicio de sometimiento a otra persona, o de búsqueda de otra persona para no enfrentarnos a lo que nosotros podemos hacer en esta vida. El primer paso para el amor es darte cuenta de cuál es la formulación que estás haciendo para la vida. Es imposible que alguien que tiene vida gracias a una madre, que la ha tenido 9 meses en el vientre, que ha participado de su proyecto, que le ha dado una cultura, que ha cuidado su cuerpo… no esté agradecido. Sería interesante tomar una primera decisión: Voy a ir al único lugar del que puedo extraer la sabia de amor personal, y es a aquellos que me han enseñado lo mejor que yo tengo en mi vida: a vivir, a estar… Te han enseñado lo mejor y lo peor, todo.

Jon: ¿Eso quiere decir que los padres son maravillosos?.

Joaquina: No, no quiere decir eso. Quiere decir que dentro de la paternidad y de la maternidad hay una esencia positiva siempre, que nos permite caminar. Tienes que mirar a tu fuente de origen para que te des cuenta de que si la has maltratado, el resultado siempre será falta de amor a ti mismo.

Jon: Honrarás a tu padre y a tu madre.

Joaquina: Si, pero ese mandamiento no tiene nada que ver con tu padre y tu madre, sino contigo mismo: Qué honras de lo que tú te has llevado a tu maleta. Hay un mecanismo, algo que tienes que superar, que todos tenemos que superar, y no es otra cosa que los celos y la envidia. Cuando aparece el mecanismo de los celos en tu vida, empiezas a estropear todos los vínculos. Todos tenemos una ambición, un deseo de ser únicos… pero eso no te puede enturbiar el hecho de que la persona te ame, te quiera, te de todo lo que te da…

Jon: Y esto ¿cómo se une con la felicidad?.

Joaquina: Padre en positivo + Madre en positivo + Entorno Cercano en positivo + Entorno Lejano en positivo = Felicidad. Pero para poder simplemente llegar a vislumbrarla, hay que tener los dos primeros sumandos: Padre en positivo + Madre en positivo.

Jon: Entonces la felicidad depende del amor a mi mismo + el amor a otro + el amor incondicional.

Joaquina: Esa es la felicidad con mayúsculas, la que no se va. Qué es más fácil: ¿pensar bien o pensar mal?.

Jon: “Piensa mal y acertarás”, así que eso debe ser lo más fácil.

Joaquina: Eso significa que estás fuera de tu realidad espiritual. Como ser espiritual, lo único que tienes capacidad de pensar es bien. Todo lo demás es una patraña. Tu espíritu jamás piensa mal, no tiene la capacidad. Quien piensa mal no es tu espíritu, sino tu experiencia breve y obtusa del ego. Así que si piensas que no puedes amarte a ti mismo o a los demás, estás tremendamente equivocado. El espíritu está en estado perfecto. Todo lo demás, es mentira.

Jon: Entonces me ahorro la toma de decisión y esas cosas… ¿Cómo lo puedo llegar a disfrutar?

Joaquina: El ego te hace pensar que el otro es diferente, que nos hace pensar que no nos han querido… Tu conciencia práctica es la que enreda de esta manera.

Jon: Entonces se trata de hacer callar al ego.

Joaquina: No se trata de hacer callar al ego, sino de conectar con tu espíritu, con tu mente. Cada vez que pienses que tu hermano es más importante que tú, dile a tu ego: “qué buena esta fabricación para no hacer nada en la vida”.

Jon: Entonces, es todo una fabulación. Soy yo el que quiero pensar que mi madre no me amó, que los demás son malos, que estoy en un universo donde todo el mundo me puede castigar.

Joaquina: Solo tienes que entender que eso es puro, puro ego. Y es la diferencia entre ser personas consecuentes o inconsecuentes.

Jon: Como el ego no puede desaparecer, ¿cómo voy a ir trabajando a mi favor y no a favor del ego?

Joaquina: Mira a tu padre y a tu madre en lo que necesitas. Lo que no necesitas es suyo. Mira a las personas en lo que necesitas, lo demás es suyo, en lo que es bueno para los dos. El ejercicio que tienes que hacer es ver qué no quieres aprender de los demás. Lo que tienes es un bloqueo absoluto a aprender algo que te deja en evidencia. Eso se nota mucho si criticas. La crítica a los demás es no querer aprender algo que te deja en evidencia. Tienes que encontrar esa cosa, que si te abres a aprender de los demás, la sensación es que lo tuyo no funciona.

Jon: Creo que es la capacidad de relacionarme socialmente. Mi hermano la tiene y yo no. Es simpático, conecta con todo el mundo…

Joaquina: Me dijiste el otro día que lo que tienes de tu padre es la inteligencia. ¿Qué te está quitando esa inteligencia?: Encanto, alegría, empatía. Pusiste el foco en ser inteligente y has perdido la cualidad de la conexión y de la sociabilidad. Eso te ha llevado a pensar…

Jon: Que las personas que sociabilizan y son divertidas son banales y poco inteligentes.

Joaquina: Te has tirado toda tu infancia pensando que tu hermano era poco inteligente, y que la inteligencia estaba solo concebida para tu cerebro tan especial y tan único. ¿Cuál es a la gente que más criticas?.

Jon: A las personas que considero superficiales.

Joaquina: Lo que te pasa es que no quieres abrir el corazón a que no eres perfecto. Tu ego te dice que eres perfecto y los demás no. Es una forma que tienes de salir a la sociedad amándote a ti mismo pero no sabiendo integrarte con los demás. Tarde o temprano culparás a los demás de muchas cosas y perderás la cualidad de aprender lo que te falta. El ego te dice que no tienes nada que aprender de los demás. Eres una persona capaz de amarte a ti misma denostando lo que te rodea, porque has puesto como parámetro que la inteligencia y tu familia son los perfectos.

Jon: Entonces tengo totalmente dañada la parte psíquica de mi persona.

Joaquina: Cuando has ido creciendo en tu autoestima y has ido teniendo dificultades, no has flagelado tu autoestima, sino que has pensado que los demás son malos. En algún momento aprenderás que no puedes culpar a todo el mundo eximiéndote tú. Es el problema por tener únicamente a un padre como referencia y entonces el amor a ti mismo no está y lo buscas fuera. Tienes que aprender que necesitas ser más completo y crecer en tu inteligencia emocional.

Jon: Voy a hacer todos los días un 1% de aceptación a las personas que sonríen, que conectan y sociabilizan.

Joaquina: Genial, porque si no haces eso, tarde o temprano dejarás de ser feliz, y además harás muy desgraciadas a las personas que son muy superficiales para ti, ya que hay una exigencia de inteligencia que no es la que la persona tiene.

Jon: ¿Qué pasa en el caso de que una persona no se sienta reconocida ni aceptada por ninguno de los dos padres?

Joaquina: Serían personas que no tienen autoestima y además no aceptan a nadie. Pero en realidad no es posible que eso se produzca. No existe la posibilidad de que un padre no tenga un sentimiento hacia su hijo. Aunque sea un padre negado a la paternidad. Si tu miras a tu hija, en el momento que te ves a ti en ella, se produce esa sensación. Voy a suponer que la madre de esa hija es divertida, superficial y social.

Jon: Que lo es.

Joaquina: Pues si la hija ha salido como tú, la adorarás, y si ha salido como ella, la adorará ella. No existe la posibilidad de que no salga como alguno de los dos. Dios ha creado un mundo perfecto y hacemos las relaciones por complemento. Hemos elegido un mundo perfecto, la dificultad está en que no lo vemos. Todo lo que hay enfrente es una manifestación de nuestra realidad, de nuestra personalidad. Y esa realidad está ahí. Tu percepción es tu exigencia para tu desarrollo personal. Tu desarrollo es entender que la felicidad está en saber reír, no en saber matemáticas. Las matemáticas te pueden dar un punto de fuerza, pero la capacidad de disfrutar de la vida no está en saber grandes cosas de matemáticas, es poder mirar tiernamente los ojos de una persona y encontrarte reflejado en ella. Es ver a alguien y sentir que todo tu ser se manifiesta en ese ser. Esa es la felicidad, lo otro es simplemente una patraña. Te puedes sentir muy feliz con matemáticas, literatura y mecánica cuántica… seguro. Pero al final, más allá del cuerpo físico, está un cuerpo emotivo que es químico y que hay una necesidad de cubrir. Está todo tan complejamente realizado que no hay ninguna posibilidad de que ningún ser se abstraiga de los cinco cuerpos. La química de nuestro cuerpo nos hace movernos por dentro. Puedes pararlo un tiempo. Pero tarde o temprano te acercarás a alguien con la necesidad de que esa química, que esa dopamina juegue un baile. Y ese baile te va a llevar a algún sitio que se llama más allá de ti mismo. Y eso no son matemáticas, eso es amor. Eso es vida. Tienes un cuerpo espiritual que necesita trascender la materia, un cuerpo mental que necesita expresarse en libertad y tomar decisiones, un cuerpo racional que te permite diferenciar un pensamiento de otro, un cuerpo emocional que necesita amor. Eres, somos, una esencia completa, y lo inteligente, lo sabio es reconocer que Dios ha hecho un mundo perfecto. Eres una manifestación de esa perfección y quedarte con un trozo y abstraerte del resto, es inútil. Tarde o temprano todos llegaremos al mismo sitio, a darnos cuenta de que el ego es una falacia.

Jon: Mi decisión hoy es trabajar la autodeterminación, la autoestima, mi concepto de mi mismo para amarme, y abrir mi corazón para aceptar la diversidad. No hay ninguna posibilidad de que nuestros padres no nos hayan amado con toda la fuerza de sus corazones. Mi percepción lo contamina. Es mi ego el que juega con la percepción maquiavélica que tengo de mis padres.